Los 31 jóvenes miembros de Segi a quienes el juez Fernando Grande-Marlaska envió la semana pasada a prisión integran una "auténtica academia terrorista" que, bajo el control de ETA, no tiene otro fin que el de "garantizar la lucha armada" durante tiempo. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, les definió tras las 35 detenciones del martes en el País Vasco y Navarra como "la cantera etarra", y ahora el juez de la Audiencia Nacional, en el auto de prisión, de 59 páginas, detalla, a través del análisis de la documentación intervenida, hasta qué punto es ETA la que dirige los actos de Segi. Una ETA cuya dirección había mostrado su preocupación por la falta de "compromiso y motivación" de sus militantes, y ante eso animó a Segi a trabajar para contar con "cuadros formados y con experiencia" en las organizaciones juveniles vascas.

La detención, el pasado 1 de abril en París, del presunto miembro de ETA Ekaitz Sirvent Auzmendi, ha sido clave para la investigación. Al que se le achacaba ser el responsable del aparato de falsificación de la banda era uno de los ideólogos, y entre los numerosos documentos en su poder había uno que, llamado La organización de la revolución juvenil en Euskal Herria , revelaba que "es ETA y siempre ETA quien rige los destinos de los movimientos juveniles de la izquierda radical aberzale, tengan estos el nombre que tengan", según el auto. El documento de Sirvent insistía en la necesidad de "fagocitar" cualquier tipo de movimiento juvenil para su control.

PREOCUPACION ETARRA ETA reconoce, por Sirvent, su preocupación por la imposibilidad de contar con "movimientos legales", es decir, militantes que no estén fichados policialmente. Por eso, siempre según el auto, los detenidos de Segi seguían ahora una nueva estrategia de "desdoblamiento" para incidir en la sociedad desde cualquier movimiento juvenil.

El auto reproduce un párrafo del documento de Sirvent en el que ETA admite su preocupación por el distanciamiento con su base. "Estamos tan separados del pueblo que la distancia se está haciendo insostenible. Hemos encendido las alarmas al notar esta distancia incluso con nuestra propia base".