El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, hizo ayer un llamamiento a los partidos políticos para que se abstengan de alentar protestas o manifestaciones que impliquen vulnerar el estado de alarma. Ese es el caso de las concentraciones que han tenido lugar en los últimos días en algunos barrios madrileños como el de Salamanca.

En una entrevista en la SER, Marlaska pidió a los políticos que no llamen «a otra cosa que no sea cumplir la normativa propia de la situación excepcional» que vive España.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso, defendió el jueves que los ciudadanos puedan salir «libremente a manifestarse aunque sea un ratito por las tardes en su propia calle», mientras que desde Vox se animó a participar en este tipo de protestas, si bien guardando la distancia de seguridad entre manifestantes.

Marlaska señaló que la crítica al Gobierno es «absolutamente legítima y positiva», pero añadió que «se puede hacer sin necesidad de poner en riesgo la salud pública». La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís (Cs), advirtió ayer de que «probablemente se produjeron contagios» en esas concentraciones.

Ayer, la protesta vecinal en la zona de Núñez de Balboa se repitió, aunque evitando las imágenes de aglomeración de personas de otros días ante la fuerte presencia policial y la lluvia que cayó en la ciudad sobre las 21.00 horas. En esta ocasión, al menos diez lecheras de la Policía Nacional se desplegaron en la zona durante la tarde e impidieron a los vecinos que invadieran la calzada, con llamamientos por megafonía para que los congregados no permanecieran parados y mantuvieran la distancia recomendada entre ellos.

Esta protesta colectiva, como la han definido los vecinos, se replicó en otras zonas de Madrid como los barrios Chamartín, Mirasierra, Montecarlo o Aravaca, ninguna de las cuales contaba con autorización por parte de la Delegación del Gobierno.