Con las mismas palabras pronunciadas el sábado en Casablanca por José Luis Rodríguez Zapatero, Marruecos certificó ayer que las relaciones bilaterales con España han entrado en una "nueva era". El ministro de Exteriores marroquí, Mohamed Benaisa, glosó el clima de "franqueza" que presidió la reunión entre el mandatario español y el rey Mohamed VI.

En una entrevista a la cadena de televisión Al Jazira, el ministro explicó que la "franqueza" estuvo presente cuando ambos mandatarios trataron todos los temas de la agenda, incluso en los más controvertidos. "Cada cuestión será tratada a su debido tiempo", dijo Benaisa, quien reiteró que las primeras cuestiones que abordarán ambos países de forma "urgente" son la lucha contra la inmigración clandestina y el terrorismo.

Asimismo, el ministro valoró que Zapatero descubriera una placa en memoria de las víctimas del atentado de Casablanca perpetrado contra la Casa de España en mayo del 2003. Para Benaisa, este gesto muestra "la fuerza y la solidaridad de la cooperación entre los dos países".

En términos igualmente elogiosos se refirió el diario Le Matin a la visita de Zapatero. El rotativo subrayó que el encuentro entre el presidente español y Mohamed VI supone un "nuevo impulso a la amistad" entre ambos países. Como muestra de este buen clima, destacó el apoyo prestado por España a la candidatura de Marruecos a los Mundiales de Fútbol del 2010.

REPROCHES POPULARES La visita de Zapatero a Marruecos, en el que fue su primer viaje al extranjero desde que llegó a la Moncloa, provocó ayer la reacción del PP. El presidente del partido en Andalucía, Javier Arenas, juzgó "un error muy importante" que el presidente no haya intentado "restablecer el consenso en materia de política exterior" antes de ir al reino alauí.

Arenas confió en que España mantenga "ahora igual que antes las mejores relaciones" con Rabat. Y el líder de IU, Gaspar Llamazares, sostuvo que la visita de Zapatero es un "punto de inflexión" en las "deterioradas" relaciones con Marruecos.