Una sensación agridulce recorrió ayer el Hotel Majestic de Barcelona, sede electoral de Converg¨ncia i Unió. La federación nacionalista ganó las elecciones autonómicas catalanas, pero no como quería. No como se había propuesto. Con el incremento de dos escaños --de 46 a 48-- respecto de las elecciones del 2003, Artur Mas no logró el principal objetivo de su campaña electoral: impedir que los partidos que integraron el tripartito sumaran los 68 escaños que dan la mayoría absoluta en el Parlamento de Cataluña. Y en el ambiente flotaba la sensación de que la partida se había perdido, salvo sorpresa, y de aúpa, en la prórroga poselectoral.

UN "ESFUERZO ESPECIAL Entre vítores, rodeado por dirigentes de la coalición, el nacionalista compareció pasadas las diez de la noche. Tras recibir una carantoña de apoyo de su mujer, subrayó la victoria de la federación nacionalista "por octava vez consecutiva". Se felicitó por la victoria, pero no tardó ni un minuto en ofrecer su "mano tendida" al resto de partidos para empezar a dialogar con miras a conseguir que el próximo sea "un Govern fuerte". De esta forma, no dio por hecho el tripartito, pese a que ha asegurado durante dos semanas que si era posible se reeditaría. La aritmética dejó una puerta abierta a una posibilidad que, dadas las relaciones entre las fuerzas, se antoja complicada: CiU y ERC, como en el 2003, vuelven a sumar la mayoría absoluta. También la sociovergencia es numéricamente posible. Una opción que algunos en el Majestic dejaron de descartar escuchando parte del discurso de Mas, algo ambiguo. Así, cuando salió al balcón para saludar a centenares de afines, Mas remarcó la necesidad de hacer "un esfuerzo especial" en la búsqueda de alianzas, pensando en una legislatura en la que el desarrollo del Estatuto centrará la gestión del Ejecutivo catalán.

"DIALOGO INTENSO" "En todos los países siempre se reconoce la victoria de quien ha ganado las elecciones, y nosotros lo hemos hecho desde la oposición", recalcó Mas. "Volveremos a hacer lo mismo. Pese a haber ganado, actuaremos con sentido de país, generosidad y humildad", declaró. "Sabemos que ahora será necesario un diálogo intenso con el resto de partidos", continuó. Antes había comparecido Josep Antoni Duran Lleida, quien, como en la jornada electoral de hace tres años, disponía de las primeras 100 papeletas de determinadas mesas electorales, y clavó los resultados reales.