En septiembre, era el PSC el que boicoteaba a Pasqual Maragall para que no hubiera Estatuto. Ayer, CiU cambió los personajes, no el guión, de esa trama. El líder convergente, Artur Mas, afirmó que "el PSOE intenta puentear a José Luis Rodríguez Zapatero" para que no haya Estatuto. "Esto no pinta bien", añadió. Sin llegar a echar cohetes por el estado de las negociaciones estatutarias, ningún otro partido secundó ayer el pesimismo de Mas.

Tras alertar de que "en los últimos días" ha variado "la línea positiva" de los contactos bilaterales mantenidos con los socialistas sobre el Estatuto, Mas repitió su advertencia: "Algo está pasando dentro del PSOE, pues algunos quieren llevar el proceso hacia el fracaso, planteando cosas inasumibles para Cataluña". Fue una gorda acusación, ya que en el fondo Mas dijo que CiU ha sido casi testigo directo del contubernio que dentro del PSOE hay contra Zapatero.

"Si se creen que esto va a acabar con una humillación de nuestro país, van muy equivocados", alertó Mas a esos supuestos sectores del PSOE que, en su opinión, han tomado el timón de la negociación. Para conjurarse contra ellos dijo no tener "ningún inconveniente" en reunirse con PSC, ERC e ICV-EUiA. Esa reunión a cuatro bandas se la exigió el tripartito a Mas por la tarde.

"SIN LUZ NI TAQUIGRAFOS" Por su parte, el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, incidió en las críticas de los populares a la reforma estatutaria y acusó al Gobierno de negociar el texto "a espaldas de los ciudadanos", lo que demuestra, en su opinión, la "baja calidad de nuestra democracia". Zaplana lamentó que las negociaciones entre el Ejecutivo y los partidos catalanes se estén llevando a cabo "sin luz y sin taquígrafos, en un debate trascendente, del que se está privando a la sociedad española".