EL PELIGRO

La tendencia generalizada a llevar seguridad a bordo de los buques puede producir un efecto rebote. Países como Francia e Italia, entre otros, ya hace tiempo que llevan militares para protegerse de los piratas y ahora, España trabaja para blindar a las embarcaciones. Los expertos temen que cuando los corsarios detecten este aumento de la seguridad se dediquen a conseguir armas más potentes y diseñen técnicas de asalto más sofisticadas.

PRIMERA EXPERIENCIA

El pasado 30 de octubre el Consejo de Ministros aprobó un real decreto que permite embarcar agentes privados de seguridad con armas de guerra en los pesqueros que faenan en aguas somalís. Sin embargo, la empresa de seguridad privada Eulen ya llevaba 10 meses haciendo esta labor. Su primera tarea fue proteger al buque BC Teneo, de la empresa de telecomunicaciones Tyco, que tenía como misión tender bajo el mar una carga de cable de fibra óptica valorada en millones de euros.

CUATRO GUARDIAS

El director de Operación de Eulen, Jesús Jiménez Bernal, explicó ayer que cuatro guardias son suficientes para garantizar la seguridad de un buque atunero y añadió que las piezas claves son la planificación y la organización y no tanto el número de agentes embarcados. Jiménez Bernal subrayó, además, que un atunero tiene un espacio reducido, por lo que tampoco es posible llevar a bordo a muchos guardias.

FALLO DEL ´ALAKRANA´

El directivo de Eulen opinó que, en el caso del Alakrana, habrá que analizar "lo que ha fallado" y lo que podría hacerse mejor de ahora en adelante. También explicó que su empresa se adaptará a la modificación introducida hace dos semanas por el Ministerio del Interior en la ley de seguridad privada y que les permitirá a los agentes usar armas de guerra de calibre inferior a 20 milímetros como medida disuasoria y de defensa "en casos excepcionales".