Quien a hierro mata, a hierro muere. Este fue el aviso que ayer envió Artur Mas a Esquerra, después de que el consejero Josep Huguet (ERC) dijera que un alto cargo de CiU admitió delante de él, en 1998, la existencia de comisiones y de que el porcentaje de éstas superaba el 3%. El líder de CiU advirtió de que él "también" se puede dedicar a extender "sospechas" sobre presuntas irregularidades en la financiación de ERC, pero dijo que no lo hará para no convertir la política catalana en "un vertedero".

"Si yo tuviera que explicar todas las cosas que me explican, también podría decir cosas como las que dice Huguet", afirmó el dirigente nacionalista. "También he leído en algún diario cosas bastantes irregulares atribuidas a ERC desde el punto de vista de la financiación". Aludía así a la decisión de la Audiencia Nacional de activar una investigación contra ERC por la supuesta existencia en Suiza de cuentas a nombre, de forma conjunta, de dirigentes de ERC y de Batasuna.

Tras lanzar la piedra, Mas escondió la mano con el argumento de que, si todo el mundo se dedica a extender sospechas, la política catalana acabará siendo "un vertedero". Por eso, aconsejó que "si alguien cree que se ha cometido una irregularidad", acuda a los tribunales. En eso fue en lo único que coincidió el portavoz parlamentario de ERC con Mas. Ridao afirmó que el partido está "tranquilo" porque no tiene ningún "bulto" que ocultar. Menos contenido fue Carod, quien acusó a Mas de intentar "traspasar a otros su "mala conciencia".

SOLO CON PIQUE Pasqual Maragall debatirá sólo con Josep Piqué en el pleno de mañana en el Parlamento catalán para abordar la moción de censura del PP. Al contrario de lo que ocurrió en el pleno sobre el Carmel, el president "no responderá a Artur Mas", aseguraron fuentes del Gobierno y del PSC. El presidente dejará que el portavoz del PSC, Miquel Iceta, replique a Mas.

Por otra parte, la decisión de Joan Saura de actuar durante la moción de censura, no como consejero, sino como presidente del Grupo Parlamentario de ICV, al margen de la estrategia del tripartito, ha molestado a ERC.