Los políticos catalanes lanzaron ayer sus últimas consignas antes de las elecciones del domingo. El candidato de CiU, Artur Mas, se comprometió a seguir "el ejemplo" de Jordi Pujol para convertir "Cataluña en un gran país por su calidad, valores e ideales", que "sea capaz de ofrecer oportunidades a todos sus ciudadanos". Un cálido y largo abrazo entre el candidato y el presidente catalán fue el epílogo de un acto en el que la emoción embargó a ambos políticos. Pujol, en su último mitin como presidente de la Generalitat, alertó de que PP y PSOE ponen en peligro el modelo de gestión de CiU y pidió a los electores que den continuidad a su proyecto.

Pasqual Maragall cerró su campaña en Reus (Tarragona), donde pidió el "voto útil" a los electores que quieren el cambio. Horas antes, había avanzado las 10 primeras medidas que tomará si vence. La primera es crear una comisión parlamentaria para hacer un nuevo Estatuto.

En Girona, el candidato de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, apeló al resto de partidos a formar, después de las elecciones, un "Gobierno de concentración nacional" para que Cataluña nunca más tenga que "arrodillarse" ante el Gobierno central. Carod reiteró la voluntad de ERC de "marcharse del Estado español para vivir mejor".

LAS GENERALES DEL 2000 Finalmente, el candidato del PP, Josep Piqué, cerró su campaña en Badalona (Barcelona) con un llamamiento a los 800.000 catalanes que apoyaron al PP en las elecciones generales del 2000 para que también confíen en su partido cuando se trata de gobernar Cataluña. "Que no se queden en casa", dijo. Advirtió que ninguna fuerza podrá gobernar sola, y que los populares son la única garantía de moderación y estabilidad frente a las "aventuras" soberanistas de CiU, ERC y del "gobierno a la balear" que supondría un Ejecutivo del PSC, ERC y "los comunistas".