El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, ha recibido su victoria electoral con "humildad", tendiendo la mano al resto de formaciones políticas y haciendo un llamamiento al conjunto del país a unir esfuerzos y a ayudarle a "levantar" Cataluña entre todos.

Flanqueado por el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, el ex presidente catalán Jordi Pujol y otros miembros de la dirección de la federación, así como su esposa, Helena Rakosnik, Mas dijo: "Tendremos que levantar Cataluña entre todos. Tendremos un Govern fuerte, pero al lado, no detrás, necesitamos a un país movilizado con sus mejores energías y activos".

Con el mismo tono contenido que mostró en el mitin final de campaña el pasado viernes en el Palau Sant Jordi de Barcelona, Mas ha explicado que recibe la victoria con "una mezcla de humildad, responsabilidad y esperanza".

"Estamos orgullosos de la victoria pero no presumimos de ella. Nos sentimos servidores de Cataluña, no sus salvadores", ha dicho para ilustrar su apelación a la "humildad".

El futuro presidente de la Generalitat ha reconocido que los tiempos que le esperan "no serán nada fáciles" y tendrá que actuar con un alto grado de responsabilidad, consciente de que muchos de los votos que ha recibido proceden de un electorado que en otras citas electorales no habían apostado por CiU.

Pero a pesar de estos tiempos duros que tiene por delante, ha subrayado que su "esperanza" en las posibilidades de futuro del país radican en los "grandes activos" de los que dispone a nivel humano y material Cataluña.

Por todo ello, ha hecho un "llamamiento a una gran movilización de país, de todas las energías del país", para que colaboren con él en tirar del carro.

"Necesitamos la ayuda de todo el mundo. Y subrayo, de todo el mundo. Los que hemos ganado nos tendremos que poner al frente, pero también necesitaremos a los que no han ganado y a todo el pueblo de Cataluña, los que están en la política y los que están fuera de la política", ha remarcado Mas, en lo que ha sonado a guiño a sus posibles apoyos

El presidente catalán y candidato del PSC a la reelección, José Montilla, anunció ayer que no optará a ser el primer secretario del partido en su próximo congreso, abriendo así no sólo el debate sucesorio en el cartel electoral en Cataluña, sino también en el liderazgo de la formación.

Así lo ha anunciado Montilla en una breve comparecencia tras la debacle sufrida por el PSC en las elecciones autonómicas, en las que ha obtenido los peores resultados de su historia, al lograr 28 diputados con el 99% de los votos escrutados, nueve menos que los 37 actuales.

Montilla, arropado por todos los dirigentes socialistas, ha asegurado que estos resultados, han de abrir un proceso de reflexión en el partido, que deberá impulsar asimismo "cambios internos" y renovar su "proyecto político, lejos de nostalgias e inercias". El descalabro sufrido en los comicios, mucho peor de lo que pronosticaban las encuestas preelectorales.