Artur Mas se hizo ayer con las riendas de CiU al relevar a Jordi Pujol en el puesto de presidente. El líder se estrenó en el cargo reclamando a las bases nacionalistas "moral de victoria" para que, en las próximas elecciones autonómicas, se haga realidad el lema de la conferencia nacional que CiU ha celebrado este fin de semana en Tarragona: volver a ganar; volver a gobernar .

La reconquista del Gobierno catalán ha sido la brújula que guió los discursos de los máximos dirigentes. Pero Mas aseguró que CiU no quiere volver a la Generalitat "a cualquier precio" porque no le interesa "el poder por el poder". El objetivo de la federación, explicó, es servir a Cataluña y eso, agregó, la diferencia de otras fuerzas catalanas. "No nos sentimos ni somos salvadores de la patria, pero sí sus leales servidores", proclamó.

En su último discurso como presidente de CiU, Jordi Pujol, igual que hacía ya a finales de la década de los 70 a costa de soportar "la broma" de sus adversarios políticos, se despidió de la militancia con una decidida defensa de "la familia como la infraestructura más importante de un país". No pudo ser más claro: "Un padre, una madre y los hijos".