La desarticulación del comando Donosti el 25 de marzo ha permitido saber que uno de sus miembros, Iker Olabarrieta, recibió en febrero del 2004 la orden de atentar contra el subdirector de la cárcel donostiarra de Martutene, un ertzaina y dos patrullas de la Guardia Civil, según revela la revista Tiempo. El 11-M hizo que la cúpula de ETA ordenara al comando volver a Francia.