El Gobierno admite que las fuerzas de seguridad están en "máxima alerta" desde que hace un mes ETA robó 350 pistolas en el sureste francés. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega reveló ayer este nivel de movilización policial durante la sesión de control en el Congreso, como respuesta a la pregunta de Angel Acebes (PP) sobre las "consecuencias" que tendrá ese robo para el proceso de paz, en la que afirmó que "con violencia, no hay avances". Fuentes de presidencia matizaron después que la situación de "máxima alerta" es la que mantienen "siempre" los efectivos encargados de la lucha antiterrorista.

Fuentes del Gobierno reconocen, sin embargo, la preocupación por la escalada de radicalismo en ETA y en su entorno. Las mismas fuentes admitieron que las fuerzas de seguridad están atentas a los movimientos de los terroristas que indiquen que pretenden usar las armas robadas o cometer actos violentos.

La vicepresidenta replicó a los temores de Acebes, que aseguró que el proceso de paz se ha convertido en un "proceso de rearme de ETA", porque en los ocho meses que han pasado desde la declaración de alto el fuego permanente "la banda ha conseguido más armas, más miembros y más dinero".

Tanto la vicepresidenta como el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, reprocharon al PP su actitud de enfrentamiento al Gobierno desde que empezó el proceso de paz. De la Vega la calificó de "obscena" viniendo de quien tuvo responsabilidades en Interior, en alusión a Acebes y a Mariano Rajoy. Ambos defendieron la cinta del PSOE que repasa la actitud del Gobierno del PP durante la tregua de 1998.

EL JUICIO DE LOS CIUDADANOS Desde Riga (Letonia), tras participar en la cumbre de la OTAN, José Luis Rodríguez Zapatero se refirió al momento crítico del proceso de paz para reiterar que "no cabe la violencia, sino el fin de la violencia". A la pregunta de si asume el precio político de un fracaso del proceso de paz, dijo que la democracia "tiene unas reglas muy claras, que son el Estado de derecho, las elecciones y la responsabilidad del político".

El presidente del Gobierno también cortó de raíz la pretensión de Batasuna de utilizar Quebec (Canadá) como modelo para un cambio de estatus del País Vasco. Zapatero manifestó que la región canadiense "no es una referencia para el Gobierno de España" y aconsejó abandonar las equiparaciones territoriales.