Jaime Mayor Oreja es uno de los dirigentes del PP que con más vehemencia defiende valores asociados al ala más conservadora de los populares. Valores especialmente enraizados en la etapa de José María Aznar, pero ejes, también, del discurso del actual líder, Mariano Rajoy. Y armado con esos argumentos, con sus críticas a la política del Gobierno en relación con el aborto y con sus denuncias de que el español es discriminado en algunas comunidades autónomas, el cabeza de lista del PP a las elecciones europeas logró apabullar a su contrincante, el candidato del PSOE, Juan Fernando López Aguilar, que en otros apartados sí pudo mantener el tipo argumentalmente hablando.

Sorprendentemente, López Aguilar no hizo ni una sola mención al que actualmente es el punto débil del PP: la presuntas tramas de corrupción que le afectan. El caso Gürtel , que centra muchos de los actos del PSOE en esta campaña, no salió a relucir.

Ni una sola palabra, cuando por la mañana, la secretaria de organización socialista, Leire Pajín, no había hablado de otra cosa al comparecer ante los medios después de la ejecutiva de su partido. No hubo discrepancias sobre la lucha antiterrorista, apenas mencionada, una probable consecuencia del pacto PP- PSE en el País Vasco.

López Aguilar no logró replicar a la supuesta pérdida de peso del español en Cataluña, Euskadi y Galicia (a las que se refería Mayor, aunque no las mencionó explícitamente) con otro recurso que una defensa de la pluralidad lingüística, y tampoco pudo imponerse a las apelaciones de Mayor en contra del aborto, pese a que insistió en apelar a los derechos de las mujeres.

Oreja jugaba con la ventaja que le dan cinco años en el Europarlamento, pero apenas sí logro beneficiarse, dado que el debate apenas salió del ámbito español, centrado en una comparación por parte de los dos entre la labor del PP y el PSOE. Si hay que atender a los argumentos de los cabezas de lista del PSOE y el PP a las europeas se diría que la crisis mundial empezó en España.

Según López Aguilar, fueron las recetas del PP, y en concreto de los gobiernos de José María Aznar, y su apuesta por la construcción desmesurada, los que acabaron colapsando, y ahora obligan a buscar un cambio de modelo económico. Según Mayor Oreja, ha sido la falta de iniciativa del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y su inacción para hacer reformas lo que permitió que la prosperidad que trajo Aznar quedara en nada. En síntesis, quedó claro que ni unos ni otros supieron combatir la burbuja inmobiliaria a tiempo.

De la Unión Europea poco se habló. Mayor arrancó con su habitual tono monocorde, pero con varias cargas de profundidad en una intervención en la que atribuyó al PSOE mala gestión económica, le acusó de "prohibir" que se eduque en español en algunas comunidades y le reprochó la política del Gobierno sobre el aborto.

El socialista fue contundente al responsabilizar a la derecha de la situación económica y asociarla con los sectores que más se han enriquecido en los últimos años: los "especuladores" que han logrado grandes beneficios. También insistió en aludir constantemente a los trabajadores, y en asegurar que saben que solo Zapatero los defenderá de los recortes sociales que, según él, ansía la derecha.

EL FRANQUISMO Y LA GUITARRA Los dos candidatos intercambiaron reproches mirando atrás con cierta mala sombra. López Aguilar enumeró una serie de votaciones realizadas por Mayor en el Parlamento europeo contra las libertades, y le echó en cara que rechazara apoyar una condena del franquismo, al tiempo que le recordó que había declarado que fue una etapa de "placidez". El dirigente del PP replicó defendiendo su labor en Euskadi en la transición: "Quizá estaba usted aprendiendo a tocar la guitarra", espetó a López Aguilar.