El eurodiputado del PP Jaime Mayor Oreja advirtió ayer al Gobierno de que después del plan Ibarretxe llegará al plan soberanista catalán que, según él, encabeza Esquerra y al que se deberá hacer frente con igual energía. El exministro del Interior pidió a José Luis Rodríguez Zapatero que "no demonice" el proyecto del nacionalismo vasco para que se "enaltezca" luego el nuevo Estatuto catalán.

Esquerra, argumentó, está bendecida por ETA tras las conversaciones que mantuvo su líder, Josep Lluís Carod-Rovira, con dos dirigentes de la banda terrorista hace ahora un año. Por ello, pidió a Zapatero que use todos los resortes legales y políticos para hacer frente a la ofensiva nacionalista que auspicia la organización terrorista a través del plan Ibarretxe y de la política que despliega ERC en "Cataluña y España".

El dirigente conservador había convocado a los medios para hablar del referendo de la Constitución europea. En su lugar, ofreció su visión de las propuestas nacionalistas que, dice, sólo buscan "la ruptura de España".

DOS RUPTURAS El exministro instó al Gobierno a ser consciente de que se enfrenta a dos planes de ruptura, aunque con "dos ritmos y dos velocidades distintas". Uno es el plan Ibarretxe, el cual, afirmó, ha contado con el arbitraje de ETA al aprobarlo el Parlamento vasco gracias a tres diputados de la ilegalizada Batasuna. Y otro, "una derivada", en el que ETA "actúa por vía de intermediario apadrinando el arbitraje que ERC hace en Cataluña y en el resto de España".

Este dirigente de la derecha sostuvo que las conversaciones de Carod con ETA no fueron "gratis" y vaticinó que la organización terrorista "va a exigir un precio" por la tregua catalana del 2004, que ha sido idéntica a la "tregua trampa" que ETA declaró en 1998, cuando el PP estaba en el Gobierno.

Evitó detallar las medidas que él aplicaría para frenar a los nacionalistas, pero sí exigió al Gobierno que pacte con el PP una estrategia a medio plazo, ya que, a su juicio, el acuerdo entre ambos no se puede limitar a una votación en el Congreso para rechazar el plan Ibarretxe. "Hay que hacer una carrera de medio fondo porque estamos ante un proceso, no ante un único acontecimiento". Además, reclamó que el acuerdo sea duradero. "Los nacionalistas saben que nuestra primera reacción es fuerte, pero, a medida que pasa el tiempo, las desuniones, las fracturas, suelen debilitar esta posición inicialmente sólida", afirmó.

ENERGIA POLITICA "Todas las posiciones tibias o las terceras vías que se introduzcan" en este debate "serán devoradas y utilizadas para reforzar los objetivos que están detrás del plan Ibarretxe ", sostuvo. Por ello, sugirió que se aplique la "misma energía política" que se empleó para demostrar que ETA no era invencible. Y defendió que se "desarrolle" el artículo 155 de la Constitución, que permite la suspensión de la autonomía vasca.

Mayor-Oreja se mostró dolido con el obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, quien había dicho la víspera que la posición de la Conferencia Episcopal Española contra el plan Ibarretxe no era vinculante para los creyentes. "Como católico practicante siento tristeza y pena de que la Iglesia vasca tenga posiciones que son parte del problema".

"FRAUDE DE LEY" En Sevilla, el presidente del Partido Popular andaluz, Javier Arenas, defendió las mismas tesis de Mayor. Aseguró que la propuesta que presenten Pasqual Maragall y Carod-Rovira para Cataluña "va a suponer también una reforma constitucional, otro fraude de ley", informa Julia Camacho.