Mintió Aznar cuando proclamó respetar la legalidad internacional. Se inició la guerra sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU; no se respetó la Convención de Ginebra sobre el tratamiento de los prisioneros de guerra; no se garantiza la seguridad a la población civil. Nuestro presidente persiste en la existencia de pruebas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. Ni los servicios de la inteligencia ni la inteligencia ciudadana puede digerir tantas mentiras.