La Mesa del Parlament ratificó ayer al president Quim Torra como diputado y garantizó su acta acogiéndose al informe de los letrados del Parlamento catalán que avanzó este diario. El cortafuegos parlamentario ha rechazado los escritos de Cs y PPC que exigían dar «inmediato, íntegro y debido cumplimiento» a lo acordado por la Junta Electoral Provincial de Barcelona, haciendo efectiva «la pérdida de la condición de diputado» y su «consiguiente pérdida de la condición de presidente de la Generalitat», y convocar la ronda de contactos para proponer un nuevo candidato.

JxCat y ERC han hecho valer su mayoría en la Mesa para desdeñar ambos textos, y han recibido el plácet del PSC-Units, que se ha manifestado a favor del posicionamiento de los letrados y también se ha sumado a la presentación de un recurso contra el acuerdo de la JEC que elaborarán próximamente y presentarán ante el Tribunal Supremo. Sólo Cs ha votado a favor de los escritos, ya que el resto de grupos parlamentarios no tienen derecho a voto en la Mesa.

Los servicios jurídicos de la Cámara catalana concluyeron que la Junta Electoral «no es competente para acordar el cese del diputado» y avanzaron que, aunque fuera cesado como parlamentario, podría continuar al frente de la Generalitat. Torra fue condenado a un año y medio de inhabilitación por un delito de desobediencia por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), pero la sentencia aún no es firme.

Sánchez lo legitima / Sánchez sabe que el primer paso hacia la resolución del conflicto catalán pasa por reunirse con Torra y que debe hacerlo antes de que se ponga en marcha la mesa de gobiernos que ERC arrancó al PSOE en la negociación de la investidura. Frente a PP, Vox y Cs, que consideran que el jefe del Govern está «usurpando» el escaño tras la decisión de la Junta Electoral, Sánchez defendió ayer la «legitimidad» del dirigente de JxCat y manifestó su deseo de reunirse «cuanto antes».