Igual que con los maletines nucleares que circularon tras la caída de la Unión Soviética, la quiebra de Método 3 ha dejado fuera de control decenas de informes realizados por esa agencia de detectives sobre políticos, empresarios y altos cargos públicos. Poco a poco, esos documentos van saliendo a la luz, revelando prácticas poco éticas en el seno de algunos partidos políticos catalanes.

Uno de los casos más reveladores es el presunto espionaje entre miembros de una misma fuerza política. Así ha ocurrido en el seno de Convergència, donde al menos un alto cargo del partido Xavier Martorell, encargó a Método 3 informes sobre destacados dirigentes de la federación nacionalista, entre ellos el 'conseller' de Empresa i Ocupació, Felip Puig.

Hasta tres fuentes al corriente de los encargos confirmaron ayer que Martorell, actual director general de Serveis Penitenciaris de la Generalitat, contrató a Método 3 para que elaborara informes sobre responsables de su organización. Uno de los dosieres, elaborado en el 2009, versa sobre Puig. Según esas fuentes, Martorell, cliente habitual de la agencia de detectives durante su época al frente de la seguridad del Fútbol Club Barcelona, compró los trabajos con el visto bueno del gerente, hombre fuerte de CDC y actual 'conseller' de Justícia, Germà Gordó. Hace tres años, Puig ya leyó ese informe. Ayer, declinó hacer declaraciones a este diario.