--¿A qué se debe que digan que usted y Gallardón no se llevan precisamente bien?

--Eso se debe a que las relaciones de la plaza de la Villa y la Puerta del Sol han sido siempre difíciles. Cuando estaba Tierno de alcalde y Leguina de presidente eran muy difíciles. Sucedió lo mismo con Del Manzano de alcalde y Leguina de presidente, porque siempre hay choques. Madrid tiene mucho mayor peso relativo en Madrid que Barcelona en Cataluñaa. Es el 60% de la comunidad. El ayuntamiento es una institución centenaria y la comunidad tiene sólo 25 años. Pero hoy la comunidad tiene las competencias de los servicios que más afectan a los ciudadanos: sanidad, educación, justicia...

--¿Y sus relaciones?

--Son excelentes. Le tengo cariño. Empezamos juntos, en 1983, de concejales y hemos vivido muchos avatares. Para empezar, entrar en el Patio de Cristales del ayuntamiento cuando el PSOE había sacado 30 concejales de 55; tenían mayoría absoluta más que sobrada y, por si les faltaba alguno, tenían al PCE. Parecía imposible que llegásemos a ganar la mayoría sólo ocho años después. Otra cosa es que él y yo podamos tener visiones distintas y que yo sea más liberal.