La Audiencia Provincial de Asturias inició ayer el juicio del caso Pipol, relacionado con el tráfico de drogas. Entre los ocho acusados figuran el exminero Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro Castro, ambos procesados en el sumario del atentado del 11-M por haber proporcionado los explosivos a los autores de la matanza de Madrid. Declararán como testigos los confidentes José Miguel Lavandera y Rafá Zuhier --este también procesado por el 11-M-- y el guardia civil Jesús Campillo.

Entre fuertes medidas de seguridad, la vista comenzó con el intento del fiscal --rechazado por el tribunal-- de aportar nuevas pruebas que vinculan a Suárez Trashorras con el tráfico de explosivos. Este y Toro se enfrentan a sendas penas de 17 años de cárcel por tráfico de estupefacientes y explosivos.

La operación Pipol se cerró en julio del 2001 con la incautación de más de 90 kilos de droga, así como de 16 cartuchos de goma-2, como la usada en el 11-M. Entonces, la operación se centró en la droga, sin que se investigase el origen de los explosivos, que procedería de minas en las que trabajó Trashorras.