El Gobierno ha acercado al País Vasco en los últimas semanas a 10 etarras que han mostrado su rechazo a la continuidad de la violencia para conseguir la independencia de Euskadi, según confirmó ayer el consejero de Justicia vasco Joseba Azkarraga. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, justificó esta medida como parte de la "política del Estado" contra la banda y aseguró que la estrategia ha sido consensuada con el resto de partidos, especialmente con el PP.

El ministro no quiso especificar qué reclusos se han beneficiado de esta medida de gracia, ni siquiera explicó qué une a todos ellos, es decir, su rechazo en mayor o menor medida a que ETA continúe recurriendo a la violencia. Después de que El Mundo revelara ayer el traslado, Rubalcaba solo quiso especificar que la política penitenciaria se aplica "por igual" a todos los reclusos y aseguró que, "dentro de la ley", se hacen "acercamientos y alejamientos" de los presos de ETA, en una clara advertencia hacia el numeroso colectivo de reclusos que siguen apoyando el chantaje y los atentados.

LA ESTRATEGIA El fin del Ejecutivo es premiar a aquellos reclusos que se han alejado de la disciplina de la actual dirección de ETA, con el objetivo de que otros etarras se atrevan a dar el paso y así debilitar a la organización en el denominado frente de makos , ahora más numeroso que nunca. El Mundo afirma que una decena de presos han sido trasladados desde Andalucía a Asturias y Aragón, entre ellos Francisco Múgica, Pakito , José Luis Urrusolo Sistiaga o Valentín Lasarte. Es la primera vez que el Ejecutivo socialista realiza un traslado tan numeroso. Según el rotativo, en el futuro se acercará una veintena de reclusos más.

El portavoz de Justicia del PP, Federico Trillo, confirmó que el Ejecutivo le ha consultado esta decisión. "Es una política iniciada a finales de los años 80 por el ministro Enrique Múgica y que si se hace bien, y esperamos que se esté haciendo bien, es un acierto", añadió. Por su parte, Azcarraga, muy crítico con la política de dispersión, consideró que el acercamiento de los presos díscolos "buscando la división" del colectivo no servirá de nada. También la AVT y los sindicatos policiales, con otros argumentos, rechazaron la medida.

LA SEGURIDAD DEL AVE Por otra parte, los constructores del AVE vasco se reunieron ayer, una semana después del asesinato de Ignacio Uria, con los ministros del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y Fomento, Magdalena Alvarez, y los consejeros de Interior, Javier Balza, y Transportes, Nuria López de Gereñu. La cita se desarrolló durante casi tres horas en la sede de la patronal vasca Confebask, en Bilbao, y aunque se mantuvo discreción sobre lo tratado, el mensaje de la reunión trasladó la determinación de las dos administraciones para desarrollar la gran infraestructura y garantizar al mismo tiempo la máxima seguridad para empresarios y trabajadores implicados en esta obra.