Los dos grandes partidos sienten angustia. El PSOE teme los efectos de la crisis. El PP está deprimido porque pese al brutal aumento del paro no supera a los socialistas. La última encuesta del CIS le sitúa a 0,2 puntos, pero lo grave es que Zapatero, pese a perder plumas, barre a Rajoy en valoración y en confianza. La oposición, sacudida además por los escándalos de Madrid (espionaje y caso Correa ), bordea el ataque de nervios.

En las elecciones gallegas y vascas del 1 de marzo, el PSOE, el PP --y Mariano Rajoy-- se juegan mucho. Por lo que los próximos días las olas de la crispación serán enormes.

En Galicia gobierna la coalición PSOE-BNG, aunque el PP fue el partido más votado. Núñez Feijóo (hombre de Rajoy) tiene 37 diputados y si recupera la mayoría absoluta (38), la moral de victoria volverá y Rajoy quedará blindado (al menos hasta las europeas). Si Núñez Feijóo solo se mantiene, la inquietud no desaparecerá. Y si baja más de tres diputados puede haber una explosión conspirativa. Las encuestas del CIS y la SER indican que es difícil, aunque no imposible, que el PP reconquiste la Xunta.

Pero además tiene las listas de La Coruña y Orense tocadas por la epidemia de escándalos. Si Feijóo no hace el milagro, Zapatero respirará aliviado. La crisis no le mata.

Salvo sorpresa, las elecciones son las de Euskadi. El PP perderá votos y diputados (parece que tres) aunque mantiene una base sólida. La batalla allí está entre el PNV y el PSOE. Las encuestas dicen que el PNV llega algo por delante del PSOE (poco), pero que se quedará sin mayoría porque entre PP y PSOE, que sube con mucha fuerza --creo que por el proceso de paz--, alcanzarán los 38 diputados que hacen la mayoría absoluta.

Para la política de Zapatero hacia Euskadi sería un gran éxito. Lo que no logró Mayor Oreja, con los tambores y la trompetería de Aznar, lo consigue la sonrisa de ZP. El riesgo es morir de éxito. Si Patxi López es segundo, y es elegido lendakari con los votos del PP, el PNV se irritará y la mayoría socialista en Madrid peligrará. Sólo el PNV puede votar los peliagudos presupuestos del 2010. Y si Patxi renuncia, Zapatero será atacado con saña por la Brunete mediática (volverá a ser un gran traidor a España). Y la desmoralización hará mella en el PSE.

Pero Zapatero tiene "optimismo antropológico". Si un gran éxito no sirve, ningún problema: a por el superéxito: que Patxi llegue primero y el PNV tenga que tragar un trato (bueno para ambos). No parece fácil. El PNV está muy dividido, pero ello no impide que Ibarretxe y su Gobierno salgan bien en las encuestas.

La próxima quincena Madrid mirará al mar. Al Atlántico y al Cantábrico. La previsión es de fuerte marejada.