No ha tenido suerte el PP. Un día después de que Rajoy hiciera un canto al "modelo murciano de crecimiento, ejemplo para toda España", censurara duramente la inmigración ilegal y los procesos de regularización y pidiera de nuevo "agua para todos", se iniciaba la operación Tótem. Dos altos cargos de su partido, uno de los cuales convivía con una inmigrante irregular, eran detenidos como imputados en la construcción presuntamente fraudulenta de una nueva ciudad con campo de golf de 18 hoyos para la que no había garantizado suministro de agua. "Aquí solo hay pequeños pozos para regar la huerta", dijo ayer un vecino de El Raiguero.

Gabriel Elorriaga, secretario de comunicación del PP, dijo que es pronto aún para evaluar el caso del alcalde, pero en Murcia los populares exigieron "rigor y respeto a la legalidad y a los derechos de los ciudadanos con independencia de su afiliación política".