El Gobierno no se hace ilusiones, ni tampoco espera una gran transformación de la Iglesia española, pero considera que sus relaciones con el Vaticano "son excelentes" y que la visita del secretario de Estado de la Santa Sede, Tarsicio Bertone, se ha aprovechado de forma satisfactoria. Ese esfuerzo de diálogo se considera "un éxito" que puede permitir una mayor colaboración con el Vaticano en muchas cuestiones, más allá de limar diferencias por la voluntad del Ejecutivo de impulsar su giro laicista.

La conferencia de Bertone, tras sus entrevistas del miércoles con el presidente del Gobierno, la vicepresidenta y el ministro de Exteriores, dejó un buen sabor de boca. Que el secretario de Estado del Vaticano manifestara su rechazo a las distintas iniciativas del Gobierno, como la reforma de la ley del aborto o la asignatura de Educación para la Ciudadanía, no causó sorpresas. El objetivo del Gobierno era, según fuentes de la Moncloa, "el respeto recíproco".

La cuestión es que el Ejecutivo no desea que la Conferencia Episcopal, que preside Antonio María Rouco Varela, mantenga el grado de "agresión" mostrado en la pasada legislatura. Para la portavoz del PP, Soraya Sáez de Santamaría, la visita de Bertone no cambia las cosas. El Gobierno "debe regirse por los preceptos de la Constitución", aseguró, en alusión al requisito de tener en cuenta la religión mayoritaria en España.