Alfredo Pérez Rubalcaba se despidió ayer de la Moncloa para iniciar un camino que quiere que le conduzca de nuevo a ese palacio, pero ya como presidente del Gobierno. El veterano político anunció, tras el Consejo de Ministros, que había comunicado a José Luis Rodríguez Zapatero su voluntad de abandonar "de forma inmediata" el Ejecutivo para volcarse en el PSOE, que este mediodía lo proclamará candidato a las elecciones generales.El todavía número dos del Gobierno ha querido despojarse "políticamente" de sus tres carteras (vicepresidencia, Ministerio del Interior y portavocía) antes de acudir al macroacto de partido de hoy, el primer día de una larga campaña para intentar ganar a Mariano Rajoy. Formalmente, sin embargo, Rubalcaba seguirá siendo miembro del Ejecutivo hasta que Zapatero comunique los nombramientos y los elegidos asuman su cargo. Ese momento, dijo el vicepresidente, será "inmediato", aunque no concretó si se producirá hoy, el domingo o "los primeros días" de la próxima semana.SU ULTIMA RUEDA DE PRENSA El vicepresidente dio la noticia en la comparecencia tras la reunión del Consejo de Ministros. Llegó acompañado de sus asesores, como es habitual, y empezó igual que siempre, dando cuenta de los temas abordados en la reunión. De pronto, casi sin variar el tono y antes de dar paso a las preguntas, soltó el titular más buscado. "Es un tema que no se ha tratado en el Consejo de Ministros, pero quisiera informarles de que he transmitido al presidente mi voluntad de abandonar el Gobierno, y de hacerlo de forma inmediata", afirmó. Rubalcaba y Zapatero empezaron a diseñar la operación salida del Gobierno el último fin de semana de mayo, cuando se celebró el comité federal en el que el vicepresidente fue señalado por sus compañeros como el "sucesor natural" del jefe del Ejecutivo. Rubalcaba dijo que ayer por la mañana le comunicó "formalmente" que iba hacer el anuncio, pero insistió en que habían acordado cómo y cuándo hacerlo aquel fin de semana de mayo.TIEMPO DISPONIBLE Ante las críticas del PP, el candidato había comentado varias veces que dejaría el Gobierno cuando considerara que su trabajo como presidenciable y miembro del Gabinete fuera incompatible. A su juicio, ese momento ha llegado. "El Gobierno necesita todo el tiempo, y es probable que mi compromiso como candidato dificulte ese trabajo", aseguró.Su salida del Ejecutivo cuando aún faltan nueve meses para acabar la legislatura da más fuerza a las tesis que defienden algunos dirigentes del PSOE, entre ellos José Bono y Felipe González, de que Zapatero debe adelantar las elecciones a otoño. Rubalcaba apuntó ayer que la convocatoria es potestad del presidente del Gobierno, aunque está claro que su opinión contará mucho.Con su retirada del Ejecutivo, Rubalcaba llega a su puesta de largo con una libertad de movimientos mayor. Hasta ayer, podía tomar distancias de Zapatero, por ejemplo criticar a la banca, pero estas declaraciones casan mal con un Ejecutivo que tiene el apoyo de los financieros en momentos clave de la crisis.Zapatero dijo hace un par de días que una cosa era el Gobierno y "otra" el PSOE. A partir de ahora, esa diferencia se irá acentuando, empezando por hoy mismo, durante el multitudinario acto de proclamación en el que, según varios de sus colaboradores, Rubalcaba dará otra vuelta de tuerca al perfil de izquierdas que se ha ido construyendo como candidato. Su única posibilidad de cambiar el rumbo de las encuestas pasa por lograr que los votantes que se abstuvieron el 22 de mayo, al no compartir las impopulares medidas contra la crisis del Gobierno, vuelvan al redil. Y que lo hagan porque el candidato es Rubalcaba. El PSOE, que llevaba tiempo presionándole para que dejase sus responsabilidades monclovitas, se lo juega todo a esa carta. Sabe que el aspirante mantiene una valoración mejor que Rajoy.El discurso, del que Zapatero espera que marque "un antes y un después", tendrá tres ejes: crisis, empleo y servicios públicos, explican sus colaboradores, a los que ayer se sumó, como encargado de redactar la parte de inmigración del programa electoral, Angel Ros, alcalde de Lleida y uno de los escasísimos candidatos socialistas en capitales de provincia con mayoría absoluta. Rubalcaba hará una explicación del porqué de la crisis y, con un ojo puesto en el Movimiento del 15-M, defenderá la necesidad de mejorar la democracia, antes de detenerse en aspectos de política social (educación, sanidad, dependencia...). El candidato dirá dónde estaba España en el 2004, dónde está ahora tras siete años con Zapatero, y adónde quiere llegar él. Rubalcaba no caerá "en el rifirrafe", porque la imagen que se quiere trasladar es la de un consumado estadista, un político que sabe "escuchar, hacer y explicar", su lema por ahora.PROPUESTAS SIN CONCRETAR Pero las propuestas concretas se han guardado bajo siete llaves. "Durante estas semanas le hemos estando pasando muchísimos papeles --explicaba ayer uno de los miembros de su equipo en el PSOE--. Pero él no es de esos políticos que se queda con lo que le dan. El siempre añade". Incluso ayer mismo añadió algo para sus excompañeros en el Gobierno. Nada dijo en el Consejo de Ministros sobre que tenía pensado anunciar su marcha en la rueda de prensa posterior, y hubo un ministro que se enteró cuando llegó al despacho: su secretaria le dijo que en la televisión aparecía Rubalcaba explicando que lo dejaba.