José Montilla levantó ayer el pie del acelerador y, en contra de lo anunciado, hoy no se celebrará una cumbre de líderes catalanes. La reunión no tiene aún una nueva fecha pero sí una primera baja: la de la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, quien ayer comunicó al president que no cuente con los populares para esa foto conjunta. Montilla y el jefe de la oposición, Artur Mas, se reunieron ayer durante una hora y concluyeron que se estaban precipitando al pretender dar una respuesta a la decisión del Tribunal Constitucional (TC) cuando ni siquiera disponen de la sentencia del Estatut.

Ambos dirigentes evidenciaron su voluntad de preservar la unidad que hizo posible la aprobación del texto estatutario y anunciaron su intención de que el pleno extraordinario que se hará coincidir con el del 14 y 15 de julio concluya con una resolución que recupere el llamado espíritu del 30 de septiembre, o sea, que la firmen los grupos de izquierda y la federación nacionalista.

En la sesión de control parlamentario, Mas y Montilla se comprometieron a dejar de lado los intereses partidistas y afrontar unidos el momento "trascendente" que vive Cataluña. El reto no es fácil puesto que la legislatura ya está en tiempo de descuento y el goteo diario sobre el saqueo del Palau de la Música mina fuerzas de ambos lados. Y por si tenían dudas, el presidente de Esquerra, Joan Puigcercós, dejó claro que los republicanos consideran agotada la vía de la negociación con el Ejecutivo central y que tratar de recuperar así las competencias perdidas en la sentencia es como "picar sobre hierro frío".

Fuentes del PSC explicaron que la titular de Defensa, Carme Chacón, que ha excusado su presencia en la manifestación del día 10, aprovechó su intervención en la reunión extraordinaria de la ejecutiva del PSC, el lunes, para sugerir que se evite una mayor tensión con el PSOE. La ministra se declaró "satisfecha" con la sentencia porque el TC ha dejado claro, dijo, que el Estatut es "mayoritariamente constitucional".