El exministro del Interior, de Asuntos Exteriores y cuñado del dictador Francisco Franco, Ramón Serrano Suñer, falleció ayer en su casa de Madrid a la edad de 101 años, según informó Radio Intercontinental, la emisora de la que fue creador y presidente de honor. El fallecido fue una figura clave de los inicios del régimen franquista, aunque su poder menguó a partir de 1942 en que fue destituido por Franco y se fue diluyendo tras el triunfo de los aliados en la segunda guerra mundial.

En 1950 inició un acercamiento a don Juan de Borbón. "Franco tenía una mente muy elemental, primero jugó a falangista y luego pensó en el Rey, pero como no le cayó simpático el padre, llamó al hijo", dijo en una de sus últimas entrevistas.

AMIGO DE PRIMO DE RIVERA

El cuñadísimo nació en Cartagena el 12 de diciembre de 1901, hijo de catalanes, estudió Derecho en Madrid, amplió estudios en Roma y Bolonia y fue dirigente de las Juventudes de Acción Popular, miembro del Bloque Nacional y amigo de José Antonio Primo de Rivera y de José María Gil Robles, líder de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). En 1933 salió elegido diputado de esa formación por Zaragoza, donde conoció a Franco, entonces director de la Academia General Militar, y a la que luego sería su mujer, Zita Polo, cuñada del militar.

La sublevación franquista y el comienzo de la guerra civil le sorprendió en Madrid, donde fue encarcelado en la Modelo. Logró evadirse y pasar a la llamada zona nacional en marzo de 1937, donde contactó con Franco y comenzó a diseñar el nuevo Estado. El 31 de enero de 1938, Franco le nombró ministro del Interior de su primer Gabinete y él promulgó la ley de la Administración central y la de prensa, instaurando la censura durante décadas al tiempo que fundaba su propia emisora de radio. En ese año creó la oficina que fue el origen del Archivo de Salamanca, donde se guardan documentos incautados a particulares e instituciones de la República.

Un año después, fue elegido presidente de la Falange Española Tradicionalista y trabajó en la unificación con las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas. La suma daría paso al llamado Movimiento Nacional.

CON HITLER Y MUSSOLINI

El 16 de octubre de 1940, Franco le nombró ministro de Asuntos Exteriores, entre otras razones, por su germanofilia. Durante su mandato se entrevistó con Mussolini y Hitler y acompañó a Franco al encuentro con el jefe nazi en Hendaya y con el duce en Bordighera. Aunque luego él lo negase, algunos historiadores aseguran que fue firme partidario de que España entrara en la guerra al lado de la Alemania nazi. Al final, el dictador Franco redujo la aportación militar al envío de los 10.000 voluntarios de la División Azul, derrotada por el Ejercito ruso.

El 3 de septiembre de 1942, Franco le destituyó por los incidentes entre falangistas y carlistas en el santuario de Begoña. Apartado de la primera fila, su declive comenzó con la derrota de los nazis y, entonces, se fue acercando a don Juan de Borbón.

Retomó su carrera de abogado y en 1945 escribió su famosa carta a Franco aconsejándole, entre otras cosas, que incorporara al Gobierno a personalidades como José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Francesc Cambó. Franco no le hizo caso. Fuera ya de la política se dedicó a la abogacía y a las empresas, entre ellas, la constructora FOCSA.

Su nombre apareció como titular de unas "cuentas durmientes" en Suiza, dentro de la investigación sobre el oro nazi.