Las tropas españolas en Haití, donde España mantiene 170 infantes de marina y 25 policías y guardias civiles, se vieron envueltas el jueves en una revuelta popular en la frontera con la República Dominicana, en la que murió a tiros un haitiano. El Ministerio de Defensa español aseguró que los militares no tuvieron nada que ver con la muerte de esa persona, y la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega precisó que "sólo" había un guardia civil español y "no intervino".

Los militares españoles desplegados en Ouanaminthe, la población haitiana fronteriza con la República Dominicana, acudieron a la vecina localidad dominicana de Dajabón para escoltar a un camión que transportaba los cadáveres de 25 haitianos. Estos habían muerto asfixiados en el interior del furgón cuando, con otros 35, pasaban clandestinamente la frontera.

Según los servicios de información militar española, dos emisoras locales controladas por bandas que se dedican al tráfico de inmigrantes soliviantaron a la población contra las tropas de la ONU diciendo que los inmigrantes habían sido tiroteados. El jefe de la policía, Luis Darío de la Cruz Consuegra, aseguró que habían muerto asfixiados, pero decenas de haitianos acudieron a las cercanías de la frontera a esperar el vehículo con los féretros y protagonizaron una protesta violenta, con disparos al furgón.

MENSAJE DE CALMA El capitán español que escoltaba el camión ordenó la vuelta atrás. Los restos fueron depositados en una fosa común en territorio dominicano. La protesta siguió. Los militares españoles realizaron disparos al aire y trataron de calmar los ánimos con mensajes desde los altavoces de una tanqueta, que fue apedreada. La intervención de la policía haitiana fue más ruda y ocasionó un muerto, según los servicios de información españoles. Pero un jefe policial haitiano dijo que el disparo fue hecho por militares españoles.