La llamada de socorro de la izquierda aberzale a las demás fuerzas nacionalistas vascas cayó en el vacío. Ni el PNV, ni EA, ni Na-Bai (que cada día son criticadas desde las filas de Batasuna, ANV y EHAK) recogieron la demanda de apoyo. El Gobierno vasco, por boca del consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, de EA, replicó que es la izquierda aberzale la que debe resolver un problema "que es suyo".

Los partidos nacionalistas sí coincidieron al rechazar los procesos de ilegalización y las detenciones de los dirigentes de Batasuna. Disconformes con una interpretación "expansiva" de las normas que limitan derechos fundamentales, portavoces nacionalistas afirmaron que se están sobrepasando los límites.

Azkarraga denunció que hay una "degeneración total" de las garantías del Estado de derecho y se preguntó qué decisión es más justa, la del Tribunal Supremo defendiendo que no se suspenda la actividad de ANV y de EHAK, o la del juez Baltasar Garzón, que ha decidido lo contrario. Pero el Gobierno vasco no va a ir más allá. Azkarraga fue claro: "Que no nos emplacen a resolver el problema que han generado con su obcecación. Que lo solucionen ellos".

Batasuna, por su parte, dictaminó que el Gobierno central "ha declarado la guerra a la izquierda independentista" y llamó "a salir a la calle" el próximo jueves para "luchar contra todas estas agresiones que sufre Euskal Herria".