Los terroristas que perpetraron la matanza del 11-M financiaron su plan con el narcotráfico. La policía ha identificado a Jamal Ahmidam, el Chino , uno de los siete suicidas de Leganés, como un importante narcotraficante que se aprovisionaba de hachís en Marruecos. Según fuentes de la investigación, los terroristas viajaron hasta Palma de Mallorca para conseguir la droga, ya que era uno de los puntos que utilizaban para introducir el hachís en España.

La célula que atentó en Madrid pagó los explosivos con droga. Fuentes policiales han explicado que los terroristas entregaron al exminero asturiano José Emilio Suárez Trashorras 40 kilos de hachís a cambio de la goma-2 Eco. Esa droga se puede adquirir en Marruecos por 4.000 o 6.000 euros.

La policía investiga la red que facilitó las armas a los terroristas. Por ello, busca al bosnio Sanel Sjekirica, en paradero desconocido. Este sospechoso residía en Asturias, donde estaba matriculado en arquitectura y tenía relaciones con Fouad el Morabit.

La célula

Al cumplirse un mes de la masacre, la policía considera desarticulada la célula que cometió los atentados. Siete terroristas se inmolaron y otros seis están en prisión. Once más están presos como miembros del grupo de apoyo. La policía cree que la matanza del 11-M fue perpetrada por entre 7 y 13 terroristas.

También afirman que Sarhane Fakhet, el Tunecino , era el responsable de ese grupo, aunque no descartan que siguiera las órdenes de Mohamed Fzazi, líder del Grupo Islámico de Combatientes de Marruecos y de Amer el Aziz, supuesto responsable de Al Qaeda en Europa.

La policía cree que el suicidio colectivo de Leganés ha evitado la comisión de nuevos atentados. Fuentes de la investigación han constatado que este grupo terrorista tenía previsto cometer una o dos acciones más en España antes de desaparecer o, incluso, de inmolarse. Esos atentados se iban a cometer, según las mismas fuentes, durante la Semana Santa.

Esas acciones se iban a cometer en Madrid. Los investigadores han llegado a esa conclusión tras constatar que los terroristas tenían totalmente planificado su plan de trabajo.