La estrategia del PNV de tensionar el frágil acuerdo de gobierno entre el PSOE y el PP en el País Vasco a cambio de su apoyo a los presupuestos del Estado empieza a dar sus frutos. La supeditación del voto favorable de la formación nacionalista al blindaje del concierto económico vasco, a la que los socialistas no se oponen de entrada, ha conseguido abrir una primera brecha en los populares por la contradicción interna entre su rechazo frontal en Madrid a las cuentas de José Luis Rodríguez Zapatero y su defensa en Vitoria de la vigencia de la singularidad fiscal de Euskadi.

La voz de alarma la dio ayer el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, que amenazó a la dirección estatal con un plante si no atienden los "argumentos racionales" para garantizar que el concierto solo pueda recurrirse en el Tribunal Constitucional. Si no es así, dijo, "que vengan ellos a presentarse en Euskadi".

Y es que el dirigente vasco no está dispuesto a que el PNV le señale como un traidor en un tema especialmente sensible en esa comunidad y sobre el que votó favorablemente hace pocos meses. Tras el toque de atención, Basagoiti se reunió con el vicesecretario nacional del PP, Javier Arenas, e intentó convencerle de forma "pedagógica" de que el blindaje no es ninguna "ventaja", sino que se equipara la situación de la comunidad autónoma vasca con la de Navarra.

RANGO DE LEY Es decir, mientras que las decisiones fiscales que adopta el Parlamento navarro tienen rango de ley y solo pueden ser recurridas ante el Constitucional, las normas que aprueban los territorios vascos se pueden impugnar en cualquier institución judicial.

Basagoiti reconoció que este argumento no se ha explicado bien, pero que se trata de una demanda coherente respaldada por unanimidad en la Cámara de Vitoria. Dicho lo cual, acusó también de la situación al PNV, al que culpó de haber "pervertido" la decisión del Parlamento vasco al vincularla a su negociación con el PSOE. A estos últimos les demandó que no acepten el "chantaje" de los nacionalistas.

VISITA A LA MONCLOA Paradójicamente, la mejor solución al nuevo cisma interno abierto en el PP requeriría que los socialistas acabaran logrando la mayoría parlamentaria que necesitan con los grupos minoritarios de la izquierda, entre ellos ERC. El portavoz de los republicanos en el Congreso, Joan Ridao, se reunió ayer con Zapatero en la Moncloa para abordar las cuentas del 2010. Ridao, que calificó el encuentro de "cordial, pero sin avances concretos", hizo de la gestión catalana del aeropuerto de El Prat su principal reivindicación para aprobar el presupuesto. E insistió en desvincular su apoyo del pacto de financiación autonómica. "El PSOE no puede pedirnos lealtad por ello. Sería grotesco", sentenció.