Todos los partidos coinciden, al menos en sus declaraciones públicas, en que ninguno quiere que se repitan las elecciones. Pero en privado hay quien ya reconoce que es una posibilidad nada descartable. En sus manos está evitarlo. Tras la investidura fallida de Pedro Sánchez, ha empezado una contrarreloj en la que asistiremos a nuevas reuniones y presiones de unos y otros cuyo resultado final es aún una incógnita.

Las ejecutivas que los partidos celebrarán este lunes servirán para fijar las estrategias a seguir a partir de ahora. Todos tendrán la vista puesta en el 2 de mayo; último día para conseguir investir un presidente. En caso contrario, la convocatoria de elecciones generales para el 26 de junio está asegurada.

El obstáculo a priori para un acuerdo entre PSOE y Podemos es la condición impuesta por los socialistas de que cualquier negociación debe ir de la mano de Ciudadanos.

Mientras los grupos independentistas catalanes --ERC y Democràcia i Llibertat-- se mantienen a la expectativa de que Sánchez logre un acuerdo con Pablo Iglesias.

Por su parte, el PP cierra filas con su líder, Mariano Rajoy, y éste se prepara para lo que pretende ser una precampaña electoral.