Pedro, Teresa, Antonia y Mario son un farmacéutico, una peluquera, una médico y un estudiante que compaginan su formación con un trabajo temporal. Tienen entre 27 y 29 años y comparten un futuro laboral incierto, el hartazgo de que la clase política prime a los poderes económicos en detrimento de los ciudadanos de a pie y las ganas de que la situación cambie. Están indignados y se reconocen como tales.

¿Indignados por qué? Pedro porque cree una injusticia que se recorten derechos sociales mientras se da dinero a los bancos. A Teresa le indigna la precariedad laboral --tardó casi un año en encontrar trabajo-- y que muchas personas hayan tenido que abandonar sus casas por no poder pagar la hipoteca. La indignación de Antonia nace de ver cómo jóvenes universitarios "se han partido los cuernos, con becas o ayuda de su familia para que no tener nada después" y de que los recortes sociales afecten a los ciudadanos "pero no a los políticos, con pensiones vitalicias". Mario está indignado desde hace tiempo con las decisiones que toman los políticos y la nula respuesta de los sindicatos ante la merma de derechos.

Pedro encontró en una librería el libro Indignaos , de Stéphane Hessel, con prólogo de José Luis Sampedro. Compró un ejemplar para él y regaló otro a Antonia. Lo que leyeron les hizo reaccionar. "Estábamos un poco dormidos, y me hizo darme cuenta de que se estaban perdiendo una serie de derechos sociales por los que antes otros habían luchado por nosotros y era penoso estar quieto en tu casa viendo cómo ocurren las cosas por televisión sin hacer nada", cuenta Pedro.

Como ellos pensaban Teresa y Mario. El resto lo hicieron las redes sociales, donde encontraron a otros muchos --miles-- deseando dar rienda suelta a su indignación, que se habían integrado en la plataforma Democracia Real ¡Ya!. Los precedentes de Islandia o los países árabes les hacían pensar que la ciudadanía podía liderar un cambio.

El siguiente paso fue unirse junto a otro reducido número de personas para organizar el 15-M en Badajoz --pidieron permisos, elaboraron las pancartas, difundieron la convocatoria...--. Ellos pusieron la simiente, pero no se consideran portavoces de nadie, porque nadie los ha elegido. Exigen democracia real y predican con el ejemplo. Por eso, dicen que la persona que represente a la plataforma en Badajoz se designará por consenso.

El 15-M de Democracia Real ¡Ya! ha derivado en multitud de movimientos espontáneos que han llevado a unos a organizar campamentos, como el de la Puerta del Sol, o a protagonizar sentadas, como las que se han sucedido en distintas ciudades de España, entre ellas Badajoz y Cáceres. La plataforma no ha promovido estas acciones, aunque las apruebe y apoye, aclaran sus miembros. "Si esto anima a la gente a hacer actos, siempre que sean pacíficos y apartidistas, los apoyaremos, porque lo que buscábamos era que reaccionasen para que la clase política vea que tienen que gobernar para todas las personas, no a favor de ellos y del capital", apunta Antonia.

La mayoría no esperaban la masiva respuesta de la ciudadanía y reconocen que se sienten "desbordados". También están atentos para que nadie --ni partidos, ni sindicatos ni otros colectivos-- se apropien ni se aprovechen de sus mensajes y del protagonismo insospechado que han alcanzado. Insisten en que todos tienen cabida en esta plataforma, sin que importe la ideología. "Ni siquiera sabemos si la gente es de derecha o de izquierda, eso no se habla. Nos hemos unido en lo negativo y lo importante es que se ha canalizado de forma positiva", afirman. Eso sí, son conscientes de que son "carne de cañón para ser manipulados por partidos políticos y medios de comunicación".

Se reconocen como un movimiento ciudadano, independiente y apartidista. Pero también quieren que quede claro lo que no son: "No somos antisistema, no pedimos el voto para nadie y no promovemos la abstención. Es iniciativa ciudadana pura y dura y lo que exigimos es una manera de hacer política". Pedro, Antonia, Mario y Teresa han votado en todos los comicios y volverán a hacerlo el 22-M.

Las protestas ya se han visto, ¿y las propuestas? Las hay --aseguran-- y están recogidas extensamente en la web de la plataforma: que se garantice el derecho a la vivienda, el acceso de los jóvenes a un trabajo digno; cambiar la ley electoral para no perpetuar el bipartidismo; transparencia en las cuentas del Estado y control de los paraísos fiscales, entre muchas otras.

¿Habrá vida para la plataforma del 22-M? "Sí", aseguran. En estos momentos se están haciendo propuestas y se están creando grupos internos de trabajo para saber qué harán y que no.