Manuel Marín, el presidente del Congreso, no gana para disgustos. Dice que está harto. A las ausencias sistemáticas de los diputados se han sumado ahora las de los ministros. Y no para de suspender plenos de la Cámara. Tres en las últimas dos semanas. Demasiados.

El baile de las ausencias comenzó el 28 de septiembre, en la sesión de control de hace dos miércoles. Hacía 35 minutos que había empezado el turno de preguntas al Ejecutivo. La diputada Remedios Martel, del PP, se disponía a preguntar a la ministra de Sanidad, Elena Salgado, sobre la evolución del gasto farmacéutico. Pero, para su sorpresa, Marín le pidió que esperase porque vio que el banco azul de los ministros estaba completamente vacío. Llamó a la ministra por si acaso. Esperó 27 segundos. Pero no estaba.

Muebles salvados

Despistado, Marín dejó las cuatro preguntas de Sanidad para después y, algo enfadado, llamó a la siguiente ministra, Cristina Narbona, la de Medio Ambiente, por si andaba por allí. El PP tenía que preguntarle sobre el incendio de Guadalajara. Pero nada otra vez. Tampoco estaba. Así que el presidente de la Cámara baja suspendió temporalmente el pleno y la presencia final de Narbona, que llegó corriendo, salvó los muebles.

Marín, severo, echó la bronca al Ejecutivo. "Que no se tenga que producir otra vez que la bancada del Gobierno esté vacía", reprochó en público.

Ni caso. Una semana después, el miércoles pasado, la que no estaba era Elena Espinosa, la ministra de Agricultura y Pesca, a la que ERC iba a interpelar sobre las medidas para mejorar la situación del sector pesquero.

Protesta del PP

Presidía la sesión la vicepresidenta Carme Chacón. Suspendió el pleno "por unos momentos". Pero cinco minutos después, como era el último punto a debate, lo suspendió "definitivamente", porque la ministra no aparecía. Lo curioso es que el PP intervino para protestar y dio tiempo a que acudiese en el último momento. La vicepresidenta salvó los muebles.

Pero no hay dos sin tres. Ayer por la mañana, el pleno debía iniciarse con el debate sobre la ley de montes. Normalmente, los ministros defienden sus proyectos aunque no sea preceptivo. Pero la ministra Cristina Narbona, por razones personales, según dijo, no acudió.

Su retraso sorprendió a la diputada del PP María Teresa de Lara, que era quien debía defender la enmienda de totalidad de su grupo si no hablaba la ministra. Llegó tarde. Y el pleno debió suspenderse provisionalmente una vez más.

Marín ya no pudo más. Cuando llegó el quórum y se inició la sesión, rogó a los diputados: "Piensen un poco en la institución y en lo que está pasando, unas veces por unos y otras por otros, en las últimas semanas". Después, no quiso abundar con más declaraciones en la evidencia de su enfado. Pero mostró resignación. Después de todo, el reglamento sólo le permite sancionar a sus señorías "cuando de forma reiterada o notoria dejaren de asistir voluntariamente a las sesiones". Tendrá que esperar.