Vestido de civil, el general Félix Sanz Roldán se reunió ayer durante una hora con la ministra de Defensa. Recién llegada de su viaje a Washington, Carme Chacón llevó al Consejo de Ministros el nombramiento del que fue jefe de la cúpula militar como nuevo responsable del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Asimismo, la ministra impartió a Sanz las primeras instrucciones que deberá llevar a cabo para ejercer sus funciones de forma satisfactoria.

FUGAS DE INFORMACION Sanz ha recibido, como fase principal de su mandato, la misión de pacificar al personal de los servicios secretos y tapar las fugas de información entre los descontentos que han motivado la dimisión de Alberto Saiz.

Para lograrlo, el general "no precisará ni de purgas, ni escabechinas", como la destitución masiva de agentes que pretendía llevar a cabo el exjefe del CNI con el fin de solucionar su crisis y que vetaron de inmediato, tanto Chacón como el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, según indicaron fuentes de Defensa.

Sanz cuenta con el respaldo del Ejecutivo central para crear su propio equipo y, a pesar de que no tiene el encargo de identificar a los agentes descontentos que a lo largo de las últimas semanas filtraron las informaciones sobre las presuntas irregularidades del anterior director, sí sabe, dijo, "que deberá restablecer la disciplina".

Hay una cuestión que preocupa especialmente al Gobierno y es que se restablezca la "normalidad" para que no se vean afectados los servicios secretos en la lucha contra el terrorismo. Un trabajo discreto pero que tiene mucho que ver, según las mismas fuentes, con las últimas detenciones de presuntos miembros de la banda terrorista ETA en el sur de Francia.

Sin admitir la preocupación que persiste en el Gobierno por la situación que se vive en el interior del CNI, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega opinó ayer sobre el tema. Aseguró que no era "ni responsable, ni bueno para nadie" que se continuara cuestionando el trabajo del CNI y por eso se entendió que quisiera dimitir.