La Administración de Barack Obama invitó el miércoles por la noche al Gobierno español a la cumbre del G-20 que se celebrará en septiembre en Pittsburgh (Pensilvania, EEUU). Esa reunión será la tercera que se organiza con el objetivo de reformar el sistema económico y financiero para evitar crisis como la actual, y en las tres ha participado España.

La invitación cursada por el Ejecutivo estadounidense, anunciada a la Moncloa dos meses antes de la cita, aporta cierta tranquilidad a José Luis Rodríguez Zapatero. A la primera cumbre, que se llevó a cabo en noviembre del 2008 en Washington, con George W. Bush todavía como presidente de EEUU, España acudió como invitada por la presidencia de turno de la Unión Europea --que entonces ostentaba el aliado y presidente francés, Nicolas Sarkozy--, pero durante días la asistencia o no de Zapatero se convirtió en todo un asunto de Estado.

En la segunda ocasión, el pasado mes de abril en Londres, la buena relación con un Gordon Brown en horas bajas facilitó la entrada de España. Y, esta vez, según fuentes oficiales de la Casa Blanca citadas por Reuters, Obama ha querido continuar la tradición e invitar a España y Holanda, por lo que, ya desde el minuto cero, los ha incluido entre los asistentes.

EL MUNDO DEL SIGLO XXI Según varios dirigentes, entre ellos Zapatero, Sarkozy, la cancillera alemana, Angela Merkel, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, es el G-20 el que tiene que asumir la nueva gobernanza mundial y no el G-8, por representar mejor la composición del mundo del siglo XXI.

El G-20 está constituido oficialmente por los ocho países más industrializados del mundo (EEUU, Japón, Canadá, Francia, Alemania, el Reino Unido, Italia y Rusia), el G-5 (China, India, Suráfrica, Brasil y México), y Argentina, Australia, Indonesia, Arabia Saudí, Corea del Sur, Turquía y la Unión Europea.

Y, en esta amalgama de países, España ha conseguido "consolidar su presencia", según declaró ayer en Barcelona el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos. El jefe de la diplomacia española, que acudió a un acto del Cidob, expresó su "satisfacción" por la participación del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y explicó que la convocatoria llegó a través de una llamada del consejero de Seguridad Nacional, James Jones, al secretario general de la Presidencia, Bernardino León. Después Moratinos habló con la secretaria de Estado, Hillary Clinton.