El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, aprovechó ayer la fiesta de la patrona de Guipúzcoa para pedir "signos de distensión" a los "principales implicados" en el camino hacia la paz. Sin citar siglas ni nombres, reclamó a dirigentes sociales y políticos que estén "a la altura" del momento y actúen con "paciencia, discreción y lealtad".

En la ceremonia religiosa en Arantzazu, a la que asistió el lendakari Juan José Ibarretxe, Uriarte concretó lo que las partes pueden aportar a la paz. Así, reclamó "evitar" acciones violentas; "cancelar" las extorsiones económicas; tener gestos de "acercamiento a las víctimas"; aplicar "leyes justas", y "humanizar" la situación de los presos etarras y de sus familias. Y pidió que se "suspendan" decisiones que siembren "alarma".

ADVERTENCIAS El obispo de San Sebastián, que a petición del PP realizó labores de intermediación con ETA después de que la banda declarase la tregua en 1998, alertó de la inconveniencia de actitudes que puedan dejar "empantanado" el "caudal de esperanza" que hoy tiene una "notable mayoría" del pueblo vasco. Uriarte reconoció su temor de que "maximalismos y desconfianzas" entre los responsables del proceso puedan "bloquear" el camino y pidió que no se actúe de modo oportunista.