El obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, aseguró ayer que la esperanza de paz en el País Vasco "se va haciendo débil" debido a "las dificultades que están surgiendo día a día". El prelado agregó también que "muchos" ciudadanos vascos se preguntan "qué precio va a tener la paz". Asurmendi hizo estas reflexiones durante su homilía de la misa a la patrona de Vitoria, la Virgen Blanca.

También el PNV se refirió ayer a las dificultades que parecen surgir en el proceso de paz. El líder del PNV de Guipúzcoa, Joseba Egibar, consideró que para hacer irreversible el proceso de normalización política "hay que dar una serie de pasos" que consigan evitar "que nadie vuelva a hacer uso de la violencia para la defensa de objetivos políticos".

El pasado jueves, el dirigente de Batasuna Pernando Barrena advirtió de que no puede darse por acabada la violencia en el País Vasco hasta que "no termine el déficit democrático", al tiempo que se apresuró a avisar de que el proceso de pacificación "no es irreversible".