11 de marzo. 7.38 de la mañana. 10 bombas estallan en cuatro trenes. 192 muertos, más de 1.400 heridos. Se busca culpable. Dos sospechosos: ETA o Al Qaeda. Comienza una obsesión. Acaba a las 16.30 de la tarde del 13-M. Tres marroquís y dos indios han sido detenidos por su participación en la matanza de Madrid.

La policía abre dos líneas de investigación. Por un lado, mueve ficha, sin éxito, en el entorno etarra. Por otro, centra sus esfuerzos en el terrorismo islamista. Una furgoneta hallada en las proximidades de la estación de Alcalá de Henares les aclara la situación. A las seis de la tarde del 11-M, el entonces ministro del Interior, Angel Acebes, supo que ese vehículo había sido utilizado en los atentados. Y que los terroristas habían dejado en él su tarjeta de visita: una cinta con versículos del Corán.

Sin embargo, Acebes se resiste a considerar esa posibilidad. "El Ministerio del Interior estaba muy marcado por ETA, estábamos obsesionados", explica una persona muy próxima al exministro. "Fue una reacción instintiva. Por eso, Acebes defiende la tesis de ETA con esa tozudez, aunque es consciente de que la otra hipótesis es más realista".

Pruebas acumuladas

Las pruebas contra Al Qaeda empiezan a amontonarse, y es que la propia organización reconoce su autoría esa misma tarde. A las 20.10 horas del 11-M, el Gobierno de José María Aznar ordena abrir una segunda línea de investigación relacionada con el terrorismo islámico, pero sigue culpabilizando a ETA.

En la madrugada de ese mismo día, aparece en una comisaría una mochila con explosivos, un detonador y un teléfono móvil que actúa como temporizador. La policía ya no tiene dudas: Al Qaeda es la autora. Sin embargo, Acebes insiste en que la principal vía de investigación sigue siendo ETA.

A partir de ese momento, los esfuerzos de la policía se dirigen a localizar a los vendedores de la tarjeta prepago. Las pistas les conducen a la tienda de dos indios. En el albarán aparece un viejo conocido: Jamal Zugam, un marroquí que ya había sido controlado en el 2001, cuando Baltasar Garzón desarticuló la red española de Al Qaeda.

Pero el Gobierno de José María Aznar no cede. Y en la jornada de reflexión del 13 de marzo duplica esfuerzos. El exportavoz del Gobierno Eduardo Zaplana y el exministro del Interior Angel Acebes insisten en la tesis de ETA. A esa hora, ya habían sido detenidos los dos indios. A las 15 horas, caen Zugam y los marroquís Mohamed Bekali y Mohamed Shaui. El globo se desinfla. El exministro del Interior informa de las detenciones a las ocho de la tarde del 13 de marzo.

Por su parte, los mandos policiales consultados afirman que facilitaron a Acebes todos los datos que tenían. "Otra cosa es la interpretación política que hizo con esos datos, pero nadie le mintió", dicen.