Mientras varios grupos independentistas catalanes advierten de que la quema de fotos del Rey es una herramienta para denunciar lo "anacrónico" de la institución y anuncian nuevas movilizaciones, varios representantes de instituciones y cargos públicos aprovechan cualquier intervención pública para mostrar su adhesión a la Monarquía.

Así, por ejemplo, el presidente del Senado, Javier Rojo, pidió ayer a los que vivieron el 23-F que divulguen el papel fundamental que, bajo su punto de vista, desempeñó el Rey. Uno de los padres de la Constitución, Gregorio Peces- Barba, recomendó a los que quieran defender ideales republicanos que usen la razón. El jurista alertó de que destruir fotos es un acto "agresivo y delictivo especial". Desde el PSOE, José Blanco aseguró que el Rey ha permitido un periodo de "éxito y convivencia reconocido por todos".