ETA ha enviado este verano una nueva remesa de cartas de extorsión a empresarios vascos reclamándoles entre 6.000 y 18.000 euros en concepto de impuesto revolucionario. Algunos de los destinatarios han sido pequeños comerciantes sin un gran volumen de negocio y que nunca habían sido amenazados.

Algunas misivas iban dirigidas a personas del entorno de los extorsionados para aumentar la presión. En varios casos, se da el caso de que los datos no estaban actualizados. Además, en los últimos días han aparecido en San Sebastián pasquines con el anagrama de ETA pidiendo el boicot a firmas que, según el texto, no han cedido al chantaje etarra.