El Gobierno, a petición de la empresa Pescanova, los familiares de los secuestrados y por convicción propia, ha apostado por mantener la discreción total sobre la situación del buque Vega 5, secuestrado a finales de la semana pasada por piratas frente a las costas de Mozambique. El barco tiene 24 tripulantes y dos de ellos (el capitán y el contramaestre) son gallegos.

El Ejecutivo no quiere hablar todavía oficialmente de "secuestro", aunque sí lo hizo --incluso días antes de que el Gobierno informara del asunto-- la misión naval de la Unión Europea Atalanta, en la que España participa.

UN "INCIDENTE" Fuentes de Exteriores argumentaron su resistencia a referirse a este "incidente" como secuestro, porque los piratas no se han puesto en contacto con el Gobierno, puesto que el pabellón y el armador son mozambiqueños y no españoles, condiciones que también hacen que el Ejecutivo mantenga una actitud más pasiva que en los casos del Playa de Bakio y el Alakrana.

Esas mismas fuentes no quisieron comentar si los delincuentes están negociando con Pescanova, que participa en la sociedad que opera el barco. No obstante, el Gobierno español inició el fin de semana las gestiones diplomáticas necesarias para colaborar en la liberación de los dos gallegos, una tarea en la que están implicados los ministerios de Medio Ambiente, Exteriores y Defensa.

ZONA SIN PIRATAS El buque fue apresado en una zona que no está protegida por la misión de la Unión Europea y en la que los piratas no suelen actuar. Por este motivo, la Asociación Española de Titulados Náutico Pesqueros reclamó al Ejecutivo "toda la información" posible para comunicársela a los barcos que faenan en esa zona. El PP también pidió a la ministra Aguilar que se implique "al máximo" para ayudar al Vega 5.