El plan de desescalada corre el riesgo de convertirse en una zona pantanosa en la que el Gobierno se lo juega casi todo. De momento, la hoja de ruta no parece encontrar demasiados apoyos en la oposición, que está ya muy molesta porque, alega, Pedro Sánchez actúa por su cuenta, sin informarles con antelación, y luego les pide apoyo para tejer un acuerdo de reconstrucción y aprobar las prórrogas del estado de alarma. Este miércoles, PP, Ciudadanos y ERC han acusado al presidente de no haberles explicado con antelación cómo sería la desescalada, que acabaron conociendo por su comparecencia en televisión. Además, consideran que es un planteamiento plagado de errores.

Para el PP, la desescalada es "caótica". El líder del principal partido de la oposición recriminó a Sánchez tener que conocer los planes del Gobierno por televisión y volvió a poner en cuestión la honestidad del presidente al decir que quiere ir de la mano con todas las fuerzas parlamentarias para tejer un pacto de reconstrucción pero luego actuar de forma unilateral. Pablo Casado acusó al Gobierno de "mentir" en múltiples datos sobre la gestión de la pandemia y trató de caricaturizar a Sánchez. "Decía [Josep] Tarradellas que en política se puede hacer de todo menos el ridículo. Usted puede seguir haciendo el ridículo, pero no nos pida que lo hagamos con usted", advirtió Casado, dejando en el aire la posición del PP en la comisión de reconstrucción creada este martes en el Congreso.

Ciudadanos dejó el tono suave de los últimos debates. "A su plan le falta una fase: la fase de llamar a la oposición", protestó el portavoz de los naranja, Edmundo Bal, quien criticó la hoja de ruta dada a conocer por el Gobierno. A su juicio es un plan "inseguro" porque se empieza a implementar sin tener los resultados del estudio serológico masivo y plagado de contradiciones. "Hace fata un plan de desconfinamiento seguro y serio, y este no lo es. Cambie la improvisación por la sensatez, esté a la altura. Se lo piden los españoles y usted no está dando la talla", reprochó Bal.

También ERC protestó por no haber recibido información de la Moncloa antes de la comparecencia de Sánchez, el martes por la tarde. "Ya vi la rueda de prensa, ya la vi. Es la única fuente de información que tenemos, algo que les debería de hacer reflexionar si quieren mantener el espíritu de los 180 diputados de la moción de censura. Se lo digo muy claro: ¿Cuánto le importa la legislatura?", advirtió el portavoz republicano, Gabriel Rufián. Criticó que el Gobierno actúe "sin diálogo", "sin consensuar" y opinó que esa ausencia de coordinación se traduce en incongruencias. "No tiene sentido ir a cortarse el pelo a la peluquería antes de poder ir a ver a tu madre", observó, para pedir a Sánchez que "finiquite" el estado de alarma y "retorne" las competencias a las autonomías.

España "en marcha"

Sánchez salió a defender su gestión en la protección a empresas y familias de los rigores de una crisis económica "gravísima". Admitió que se pueden haber cometido errores, pero sacó pecho del plan de desescalada como mecanismo para volver a poner a país "en marcha". Por una parte, volvió a pedir a Casado que abandone "su postura intransigente" para "arrimar el hombro", pero por otra, acusó al PP de haber ejecutado recortes en los servicios públicos durante sus mandatos. "Esta crisis no va a servir como excusa para recortar el Estado del bienestar, que es lo que ustedes hicieron", advirtió. El presidente abogó por fortalecer los servicios públicos a través de una mayor "justicia fiscal", pero no abundó en cómo se concretarán esos impuestos.

Íñigo Errejón, que le pidió justamente que se comprometa a que las ayudas públicas solo puedan otorgarse a las empresas que tengan todos sus pagos fiscales en España y no en paraísos, se quedó sin respuesta. "No vamos a abandonar la agenda de justicia social y la transición ecológica", respondió Sánchez con desgana.