Arnaldo Otegi anunció ayer que recurrirá ante el Tribunal Constitucional la condena de un año de cárcel que le ha impuesto el Supremo por afirmar, en febrero del 2003, que el Rey es el "jefe de los torturadores". Con esta decisión, el líder aberzale intentará evitar el ingreso en prisión, que se podría producir si el alto tribunal le confirma a finales de este mes otra condena de 15 meses de cárcel por enaltecimiento del terrorismo.

Otegi puede solicitar al Constitucional que deje en suspenso la ejecución de la pena hasta que resuelva su demanda para ganar tiempo. En el caso de que el Supremo confirme la otra sentencia, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco podría ordenar su ingreso en prisión, ya que las penas superarían los dos años de cárcel, con un total de 27 meses. Pero además, Otegi está pendiente del proceso que tramita la Audiencia Nacional contra Batasuna. En esa causa está imputado por pertenencia a banda armada y se encuentra en libertad bajo fianza de 400.000 euros.

El Supremo dio a conocer ayer los argumentos de la condena a Otegi por sus palabras sobre el Rey. En la sentencia, los jueces anulan la decisión del Tribunal Superior del País Vasco, que el pasado marzo absolvió a Otegi al considerar que, aunque las manifestaciones del líder eran "ofensivas, impropias, injustas y oprobiosas", no eran delito.

Por contra, los magistrados del Supremo afirman que esas palabras "expresan un evidente menosprecio" hacia el Rey y "la institución que encarna su persona", ya que "le está atribuyendo una de las manifestaciones delictivas más graves en un Estado de derecho la tortura".

Por ello, el Supremo sostiene que son "ultrajantes y claramente atentatorias para la honorabilidad" del Monarca. Y asegura que superan "el principio de proporcionalidad" y de "lo que pudiera considerarse como crítica hiriente, molesta o desabrida".

LOS MOTIVOS El alto tribunal rechaza la reclamación de la letrada de Otegi, Jone Goirizelaia, de rebajar la gravedad de la conducta del aberzale con el argumento de que, en el momento de pronunciarlas, se estaba investigando a varios guardias civiles por presuntas torturas a supuestos etarras. Los magistrados tampoco aceptan la justificación de que las críticas eran al lendakari, Juan José Ibarretxe, por acudir a un acto con el Rey.

La sentencia tiene el voto particular del magistrado Perfecto Andrés Ibáñez, que sostiene que las expresiones de Otegi "son una suerte de desahogo subcultural o de exabrupto" que están amparadas por el derecho a la libertad de expresión.