El descontento entre los socialistas navarros por la decisión de permitir gobernar a UPN sigue generando expresiones de rechazo. Una de las voces más representativas del sector crítico es Juan José Lizarbe, el anterior secretario general de PSN, que hasta la fecha había optado por un prudente silencio.

Pero tras la elección el sábado de Miguel Sanz, candidato del partido regionalista, como presidente de la comunidad foral, y la dimisión de cinco miembros de la ejecutiva regional socialista, Lizarbe rompió ayer su mutismo para arremeter contra su sucesor en el cargo, Carlos Chivite, por su gestión de la crisis.

Lizarbe, en declaraciones a Radio Euskadi, consideró criticable y nefasto que el actual secretario general afirmara que las puertas del partido están abiertas para los críticos.

Tras la dimisión del candidato del PSN Fernando Puras, Chivite tuvo duras palabras contra aquellos correligionarios que pedían su dimisión y la de su ejecutiva por no haber apostado por un pacto con Nafarroa Bai e IUN, como había decidido el comité regional. El trato de Chivite a los militantes disidentes fue reprochado ayer por Lizarbe, quien le recordó que no sobra nadie en el PSN y que debía esforzarse en recuperar la unidad, no en abrir las puertas a los críticos.

Además, Lizarbe hizo un llamamiento a que nadie se vaya del partido ni abandone sus cargos, aunque aseguró que es comprensible el enfado de los militantes de su partido. Sin embargo, Lizarbe, también parlamentario navarro, se desmarcó de la protesta del sábado ante la Cámara foral.