El Equipo de Respuesta Táctica (ERT), la célula terrorista de miembros de los CDR, obtuvo precursores de explosivos burlando los controles para su venta, señala el principal informe policial del sumario de la Operación Judas. Los guardias civiles que siguieron a Jordi Ros sospechan que para la compra de, entre otras sustancias, 200 kilos de parafina, le ayudaron personas que «pudieran ser miembros o simpatizantes de los CDR».

Augurando futuras detenciones en esta operación, que sigue abierta, el informe concreta: «Se trataría de empresarios e industriales, que por tal condición tienen acceso, sin levantar sospechas, a la adquisición de este material y en tan significativa cantidad». Uno de ellos «le llega a prevenir del peligro de su posible uso, conocedor de la posible utilización de dicho material con un fin delictivo».

El ERT se surtió en la Droguería Boter de Badalona, a la que Ros adquirió Ácido Nítrico y Nitrato de Potasio. A otra tienda, La Perpetuenca de Sabadell, Ros envió a Pere Costa, un amigo utilizado como intermediario, el pasado 19 de agosto para comprar un kilo de carbonato de potasio como «veneno para topos». A la ferretería de Sabadell Smolats Sandoval, Ros se dirigió en persona para pedir 20 rodamientos de «un tamaño aproximado al de una canica».

Los agentes localizaron en los registros del 23 de septiembre manuales para fabricar explosivos, fórmulas químicas, un manuscrito con la anotación «guerilla mail», y una hoja con un dibujo titulado «esquema bomba».

Los supuestos terroristas fabricaban sus explosivos de madrugada en «diferentes viviendas particulares» en Sant Fost de Campsentelles y en el 15 de la calle Romeu de Sabadell «exponiendo a las personas que habitan en ellos así como a sus vecinos a un gravísimo riesgo para la vida», considera el informe.

En una vigilancia, en el patio de la propiedad de Sant Fost «se apreció y documentó cómo se producían destellos y una gran humareda», relatan los agentes. Días antes, los guardias habían mirado en la basura de la casa. «Se infiere que estarían fabricando un compuesto denominado termita», relata el sumario.

Cerveza Pum, Pum, Pum / De sus escuchas telefónicas la Guardia Civil infiere que gente independentista conocía planes de los procesados. El pasado 6 de septiembre, un tal Jesús llamó por teléfono a Jordi Ros para quedar, «pero Jordi le dice que está ‘destilando en casa de sus padres’. En esa misma conversación, Jesús bromea cómo se llamaría la futura cerveza, a lo que Jordi Ros responde: ‘Se llamará Pum, Pum, Pum’».

En las conclusiones elevadas al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, los guardias refieren cómo, el 24 de agosto, los dos cocineros de explosivos del ERT, Álex Codina y Jordi Ros, acordaron: «Es mejor quedar después de cenar, que no haya niños a la vista». Aquel día, prepararon explosivos desde las 23:09 horas hasta pasadas las tres de la madrugada.