En 1985, los españoles situaron Plan en el mapa. Una caravana de mujeres traídas en autocares desembarcó en esta pequeña localidad oscense tras leer en la prensa el desesperado llamamiento hecho por los mozos del pueblo, que querían acabar con su soltería. Algunos lo consiguieron, otros no.

Tras la catástrofe del Prestige , los gallegos esperaban también una caravana. Pero no de mujeres, sino en forma de toneladas de hormigón, alquitrán y acero. En infraestructuras. José María Aznar tardó en reaccionar ante aquel desastre ecológico, pero cuando lo hizo fue con la máxima pompa. El 24 de enero del 2003, convocó un Consejo de Ministros en A Coruña y anunció el Plan Galicia .

Casi 12.450 millones de euros --aunque 7.000 ya estaban comprometidos antes de la marea negra-- debían convertir en diez años esta comunidad en un paraíso de la modernidad, con autovías, carreteras ensanchadas, puertos ampliados y más de 250 kilómetros de tren de alta velocidad. Viajar de una punta a otra de Galicia o a Madrid sería mucho más rápido.

Cualquier visitante que recorra hoy las carreteras de la Costa de la Muerte, las Rías Altas o la Galicia interior se topa con grandes carteles anunciando las obras más diversas. Algunos apenas se sostienen de destartalados, y otros están tapados por publicidad de lo más variopinta. Nada indica que alguna cuadrilla de trabajadores se haya asomado nunca por el lugar.

Retrasos

Obras se han esbozado muchas, otras se han proyectado o licitado, y algunas están en fase de ejecución o ya terminadas. Pero muchos gallegos se sienten estafados. ¿Quién es el culpable? Socialistas y populares se tiran mutuamente los platos a la cabeza. Se comprueba en esta campaña, donde sobre todo Manuel Fraga y Mariano Rajoy aprovechan que José Luis Rodríguez Zapatero gobierna ahora para culparle de "discriminar a Galicia" en favor de comunidades como Cataluña. Pero las cifras no cuadran cuando se escucha a unos y a otros.

El presidente del PP no para de repetir estos días que en cuatro años de Gobierno de Aznar se licitaron en Galicia obras por valor de "más de 2.000 millones de euros, frente a 34 millones" en los 12 meses de Ejecutivo socialista. Zapatero se comprometió a mejorar el plan de Aznar, pero en el Ministerio de Fomento se quejan de haber recibido una herencia en forma de caramelo envenenado.

Para el departamento de Magdalena Alvarez, el plan era en muchos casos ficción cuando el PSOE accedió al poder tras las elecciones del 14 de marzo del 2004. "No estaba cuantificada la inversión en todas las actuaciones, ninguna tenía plazo de ejecución ni fecha de finalización", según Fomento.

De las nuevas actuaciones que había que emprender --dos autovías y cuatro líneas de AVE--, según las mismas fuentes, ninguna tenía estudio informativo ni de impacto ambiental, y tampoco proyecto constructivo. Autovías teóricamente en construcción como la del Cantábrico, cuya primera piedra se colocó 11 días antes de las generales, no tenía ninguno de sus 14 tramos iniciados. El 60% de los 27 tramos de la línea del AVE del Eje Atlántico carecía de proyecto y sólo ocho (el 29%) estaba en obras.

Guerra de cifras

Frente a las quejas de Rajoy y la Xunta de Fraga --que ahora exige un calendario de ejecución de obras, como el prometido por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega en Asturias--, el Gobierno contrataca con sus cifras. Asegura que en el 2004 la inversión real --la ejecutada-- ha sido superior a la media de los años 2000 a 2003, cuando mandaba Aznar. En total, 192,7 millones de euros más, un 57% más.

El problema de PP y PSOE será convencer a los miles de gallegos que se sienten abandonados, como los solteros de Plan, y que todavía no han decidido con su voto quién lleva razón. Y tiempo no sobra.