Francisco Paesa, el espía español vinculado a algunos de los grandes escándalos de los años 80 y 90, dado por muerto en Tailandia el 2 de julio de 1998 y resucitado en el 2004 en Luxemburgo, ha sido localizado por la revista Interviú en París, donde admite que vive ahora arruinado, perseguido y en una situación de "huida permanente". "Si publicas estas fotos, me hundes. Sólo me queda pegarme un tiro. Mi vida ha tocado fondo", declara Paesa en la conversación con el periodista, mantenida en una cafetería del barrio parisino de Montparnasse.

El hombre más buscado de España, que se ha sometido según las investigaciones policiales a varias operaciones de cirugía estética, muestra su desesperación por el acoso periodístico con el que convive ahora. Confiesa sentirse acorralado. "Hay un grupo mafioso ruso que me persigue y no perdona. Me siguen en motos, me vigilan en la puerta de mi casa. Es una situación asfixiante. Ahora que estaba tranquilo, vienes tú y me fastidias", le suelta con animadversión al reportero.

FALLECIMIENTO FICTICIO El que fuera agente del Ministerio del Interior relata que su ficticia muerte en Bangkok (Tailandia) surgió tras una confusión. "Mandaron un certificado de defunción a la embajada española porque creían que estaba muerto. Me habían cosido a balazos en una encerrona en la capital tailandesa y me daban por desahuciado --relata Paesa--. Me vi metido en un tiroteo en el que murieron tres personas y resultaron heridas otras cuatro. Yo estaba moribundo en un hospital, y si quieres, te puedo enseñar las cicatrices que llevo en el cuerpo".

Con ánimo de aumentar la credibilidad de su versión, Paesa añade: "Me daban por muerto y alguien se precipitó y montó el follón. Cuando me recuperé, ya era tarde y no tuve otra salida que asumir la situación".

Paesa asegura en la entrevista que no tiene ni un céntimo de los 1.500 millones de pesetas que nunca devolvió al exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán, botín que se perdió en Singapur. "Le he devuelto todo el dinero a Roldán, en metálico y en maletas, y guardo los recibos. Sólo es cuestión de buscarlos".

Cuando el periodista le comenta a Francisco Paesa que Roldán insiste en acusarle de haberle engañado en Bangkok, el espía que interviniera en una venta de misiles a ETA y fuera relacionado con los GAL por el juez Baltasar Garzón, no se muerde la lengua.

"UN TRAPO" "Roldán puede decir lo que quiera. Es una persona inestable y sin resistencia psíquica. Es un trapo. Cuando decidió desaparecer en París --cuenta--le dije que si se fugaba tenía que marcharse con su mujer y su hijo, quitarse de en medio de por vida. No me hizo caso. Asumió hacerlo solo, pero no tuvo resistencia para aguantar. Nos hizo la vida imposible".

Paesa admite en la conversación, no obstante, que mucho de aquel dinero quedó por el camino. "Tuve que pagar muchas comisiones".