La consellera de Cultura de la Generalitat, Caterina Mieras, se ha felicitado por la salida con "final feliz" de los documentos del Archivo General de la Guerra Civil, con sede en Salamanca, que se ha realizado esta mañana sin incidentes destacables.En declaraciones a TV-3 recogidas por Efe, Mieras ha explicado que ha seguido "desde primera hora de esta mañana" el proceso de traslado, que se ha debido realizar con carretillas hasta el camión al haber negado el alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote (PP), a última hora el permiso de carga y descarga de los documentos.Día importante para los demócratas "Ahora se abre una nueva etapa, en un día importante para todos los demócratas del Estado", ha dicho la consellera de Cultura, que ha explicado que los documentos viajaban en ese momento hacia Madrid, donde la comisión mixta del Ministerio de Cultura y la Generalitat catalana certificará que los papeles trasladados son los que han de ir a Catalunya.A media mañana de hoy se sabrá, ha explicado Mieras, cuándo llegarán los documentos a Catalunya, si bien se espera que entre mañana o el próximo lunes puedan iniciar el viaje de retorno definitivo.La consellera ha felicitado a todas las personas que han trabajado a lo largo de los años en el retorno de los denominados papeles de Salamanca.499 cajas Finalmente, han sido 499 las cajas de documentos trasladados a varias furgonetas esta mañana en Salamanca y no las inicialmente previstas 507, ya que se ha considerado que ocho de ellas corresponden a otras instancias.El traslado se ha realizado en medio de un notable despliegue policial y de medios de comunicación, y sin incidentes destacables.El delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, ha asegurado que el conflicto del archivo "está zanjado". Alejo ha explicado que se han tomado todas las medidas de seguridad "para preservar los derechos de todos, incluidos los que quieran protestar".En este sentido ha afirmado que hay que respetar a los que no están de acuerdo con el traslado, aunque las fuerzas de seguridad tenían la obligación de impedir "que ningún exaltado distorsionase la imagen y la realidad de Salamanca".