La resolución del Supremo no tendrá ningún efecto práctico en el Parlamento vasco. Así lo transmitieron ayer fuentes de la presidencia de la Cámara, que pospusieron cualquier pronunciamiento oficial a la entrada del auto en el registro y su debate en la Mesa. No obstante, se felicitaron de que, "por fin", la decisión de Supremo les permita convertirse "en parte" del procedimiento y recurrir las actuaciones del tribunal.

Emilio Olabarria, parlamentario del PNV, opinó que el auto del Supremo supone "un atentado, un atropello contra la soberanía" del Parlamento y un "salto cualitativo" en el "hostigamiento" al legislativo vasco. Además, consideró "injusta y antijurídica" la decisión.

El vicepresidente de la Mesa del Parlamento vasco, Gorka Knörr, acusado de desobedecer al Supremo, puso en duda que la Sala 61 de ese tribunal esté legitimada para tomar decisiones respecto a actos parlamentarios. También consideró "sorprendente" que declare nulo el acuerdo de trasladar a la Junta de Portavoces la decisión de disolver el grupo de Batasuna cuando ese procedimiento fue el mismo que utilizó el Parlamento de Navarra.

También Izquierda Unida acusó al Tribunal Supremo de actuar "al dictado del Partido Popular".