Con el Estatut "sentenciado y agotado" por el Tribunal Constitucional (TC), la vía autonómica "muerta", la federal "inviable" y una España plural "imposible", al independentismo catalán no le llega aún el oxígeno suficiente para rentabilizar todas estas fatalidades que él mismo diagnostica. La tercera tanda de consultas secesionistas, caracterizada por el asalto a ciudades grandes, se saldó con un pinchazo de participación. Los organizadores situaron la cifra definitiva rozando el 20%, un punto menos que en la segunda ola y casi ocho por debajo del primer envite.

El efecto TC no se dejó notar, sino que más bien se reprodujo el fotograma sociológico de Cataluña. El compromiso soberanista es mayor en los núcleos pequeños, y va menguando a medida que crece la población y se acerca al área de Barcelona. Más allá de esto, el arrasó de nuevo.

Esta circunstancia quedó ayer al trasluz porque dentro de los 212 municipios que votaban había ya dos capitales de provincia, Lleida y Girona, y otras 13 capitales de comarca, entre ellas Manresa, Olot, Reus o Figueres, además de un gran número de poblaciones de pequeño tamaño. El resultado fue una participación marcadamente desigual. De las capitales, Olot se adjudicó el techo con un 26,8%, mientras que en Lleida apenas votó el 7% del censo con derecho (mayores de 16 años e inmigrantes empadronados).

Desde que empezó el simulacro de referendos, el 13 de septiembre del 2009, más de 500.000 catalanes han acudido a votar por la independencia. Un 22% de participación global que para la coordinadora de las consultas es un punto de partida esperanzador cara al examen más difícil: el referendo en Barcelona, previsto para el 10 de abril del 2011. El portavoz de la plataforma, el diputado de ERC Uriel Bertran, afirmó que ya no tienen "miedo" de asaltar "con garantías de éxito" la capital catalana.